Hay Vida Antes de la Muerte de tu Empresa

Ya no se escapa a nadie que, en este principio del siglo XXI, las cosas están cambiando.  Y mucho.

Algunos dicen que son los cambios más grandes y más rápidos de la humanidad (… bueno, tienen que vender su producto, que es la revolución tecnológica y la transformación digital).

Grande y rápido son términos relativos.  Supongo que para los medievales los cambios que trajo el renacimiento también fueron los más grandes y rápidos vividos por la humanidad y, a pesar de esto, la humanidad siguió adelante.

Lo que quiero decir con esta breve entrada es que a pesar de los grandes y rápidos cambios que están ocurriendo, tu empresa puede seguir viviendo.  Si muere es porque tú la has dejado morir.

(Esto no va dirigido únicamente a los empresarios, también a los empleados si quieren seguir recibiendo su sueldo a fin de mes en los próximos años deben hacer cambios en sus creencias sobre ser empleado y la empresa.)

Después de leer esto posiblemente estés pensando que tú estás totalmente desconectado del mundo tecnológico y que no sabes cómo luchar contra él, porque, además, cada vez la brecha se hace más grande.

Eso nos pasa a muchos, pero tenemos otras alternativas.  LAS PERSONAS.

Para resurgir nuestra empresa y luchar contra el enemigo competitivo que tengas, lo primero que tenemos que hacer es recuperar nuestra mentalidad de empresarios y volver a ver nuestra empresa como lo que es, el sustento del estilo de vida que queremos tener.

Después tenemos que definir nuevos objetivos para nuestra empresa, pero no unos objetivos del modelo racional que, normalmente, están determinados por la esperanza y no por la realidad.

Te propongo que cambies tus objetivos por estos, que alcanzarlos depende únicamente de ti:

  • Actitud.
  • Mente abierta.
  • Flexibilidad.
  • Implicación.
  • Energía.
  • Interés.
  • Atención.
  • Confianza.
  • Paciencia.
  • Constancia.

 

Manos a la Obra

Una vez que tenemos de nuevo la mentalidad correcta y definido nuevos objetivos para nuestra empresa, ya podemos empezar a actualizarla a los nuevos paradigmas vigentes actualmente.

Tenemos que tener en cuenta una cosa que ha sido siempre así, no es algo nuevo.  Y es que tenemos que aportar el suficiente valor a nuestros clientes como para que quieran darnos su dinero.

Hace tiempo escribí sobre el mejor plan estratégico que puede tener cualquier empresa, sea de la época que sea y del sector que sea:  hacer las cosas.

Por mucho que definamos planes estratégicos, procesos, previsiones, presupuestos, planes de marketing y un largo etcétera de tareas que tenemos, si luego no ejecutamos nada, en nada se quedan.

Así que con todos estos primeros pasos que hemos dado, cambios en nuestro sistema de creencias (los más dificultosos), ya podemos empezar a analizar nuestra empresa con nuevos ojos.

Para este análisis tenemos muchas herramientas a nuestra disposición, algunas son clásicos y otras han surgido en los últimos años gracias a las metodologías ágiles.

 

Pasos a Seguir

Generalizando este es el orden que yo seguiría y que te recomiendo para rebrotar tu empresa (aunque si no se ajusta a tus necesidades pon un comentario y lo vemos).

  1. DAFO.  Clásico entre los clásicos y que sin embargo no ha perdido frescura.  Siempre, antes de empezar, analizar la situación actual de nuestra empresa.
  2. Un análisis financiero de los ingresos y gastos, pero si aún estas leyendo esto es porque tu empresa está mal y financieramente también.  Te aconsejo la serie de artículos que he escrito en agosto sobre gestión financiera.  Primero, segundo y tercero.
  3. También es importante conocer en profundidad las interacciones que tienen nuestros clientes con nuestra empresa.  La valoración final de la experiencia del cliente es la suma de todas las interacciones intermedias.  Una valoración intermedia mala reduce enormemente la valoración final.
  4. Otro punto a revisar, la Propuesta de Valor que ofreces a tus clientes, ¿es atractiva? ¿hace que tu empresa sea interesante? ¿marca la diferencia?  Hay una diferencia muy grande entre atraer a los clientes o ir a buscarlos.
  5. Seguimos.  ¿Cuál es nuestra ventaja competitiva?  Ser serio, tener muchos años de antigüedad, ser rápidos y cosas así ya no son una ventaja competitiva.  Vamos a empatizar con nuestros clientes y vamos a buscar una ventaja competitiva que pueda luchar contra la tecnología.  Aquí tienes una idea.  Y aquí otra idea más.
  6. En mi opinión, más del 90% del éxito de una empresa se debe a factores intangibles. Reflexionemos sobre ellos para aplicarlos en nuestra empresa.  Creatividad e intuición frente a planificación y análisis (sin descartarlos definitivamente).
  7. Las ventas.  Unas de las tres patas fundamentales de una empresa, junto con el producto o servicio y la gestión.  ¿Nuestra oferta comercial está enfocada a nuestros clientes o a nuestro ego?  Nuestra estructura de ventas tiene que ser fluida, por lo que, primero, tenemos que centrarnos en vender mejor.
  8. La Calidad es una actitud.  O tenemos actitud de Calidad (con C mayúscula) o no la tenemos. Nada tienen que ver la tecnología ni las certificaciones.  Con la actitud y el enfoque correcto sobre la Calidad conseguiremos hacer el trabajo que merece la pena e impactar a nuestros clientes.

Con todo este análisis, que es una revisión completa a nuestra empresa, debemos poder saber determinar cual es el trabajo que importa hacer para nuestra comunidad.

Este trabajo que importa será con el que consigamos crear una afinidad con las personas que se alineen con nuestra filosofía, generando ese sentimiento de pertenencia que buscamos los humanos como animal social que somos.

En nuestra sociedad occidental, ya no buscamos cubrir una necesidad con un producto o servicio, sino la experiencia que nos produce.

 

Yo te Puedo Ayudar

Como decía en el título de artículo, hay vida antes de la muerte.

Están ocurriendo muchos cambios que nos están sacando fuera del mercado, pero la culpa de que nuestra empresa muera es nuestra, de nadie más.

Mientras hay vida hay esperanza.

– ¿Qué después de 10 – 20 – 30 – 40 años haciendo lo mismo ahora no tienes ganas de cambiar?  Te entiendo perfectamente.  Pero te pregunto ¿vas a tirar todos esos años por la borda?

Probablemente, después de leer los ocho pasos anteriores no te veas capaz o con fuerzas para hacerlo tú sólo.  Esto es porque, como dice el dicho (valga la redundancia), es difícil cortarse el pelo a uno mismo.

Si todavía puedes, busca a una persona ajena a tu empresa que pueda ayudarte a renovarla para meterla de lleno en el siglo XXI.

Yo puedo guiarte en este camino que debes empezar.

Sí, he puesto guiarte, ya que el camino debes andarlo tú.  No creo en ese tipo de consultoría en la que te digo lo que a mi me parece bien pero que no tiene nada que ver contigo ni tu forma de dirigir tu empresa.

Así que si quieres nos podemos tomar un café, físico si vives en Madrid o virtual, para valorar la situación de tu empresa y ver si yo puedo guiarte a reavivarla para que te siga dando alegrías.

Haz clic aquí para contactar conmigo.

 

Un saludo y qué tengas una fantástica semana,

Luis

 


 

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