Todos conocemos personas que a toro pasado dicen que ellos también podrían haberlo hecho.
En esos casos yo siempre me pregunto ¿y por qué no lo has hecho?
Todos conocemos esas personas que van de víctimas y que dicen que también podrían tener buenas ideas. ¡Claro que sí! Todos tenemos buenas ideas, pero ¿por qué no las has presentado? ¿por qué no se te han ocurrido?
Lo único a lo que se dedican a es a menospreciar y tirar al barro las ideas de los demás. No porque sean malas, sino porque esa otra persona les va a superar.
Es más fácil destruir que construir. Y además no se necesita ser excesivamente inteligente.
Hace unas semanas presentaba una estrategia infalible para conseguir resultados: hacer las cosas.
No queremos personas que podrían hacer. Queremos personas que hacen.
Es su actitud perezosa y de comodidad lo que les lleva a que sean otros los que consiguen ese ascenso, los que logran resultados, los que crecen en el escalafón económico-social.
Luego culpan a lo primero que pasa por delante y ya se creen justificados.
La actitud de querer salir adelante es lo que marca la diferencia.
Esa actitud de querer tener una vida mejor, esa actitud de no estar conforme con el estrato social en el que has nacido, esa actitud de vencedor y no de víctima.
Y los que tenemos esa actitud salimos adelante. Nos costará más o nos costará menos. Pero esa actitud es la que nos permite triunfar superando todas las adversidades.
Esta actitud es la que nos ayuda a superar los días malos, que son muchos, y a disfrutar de los días buenos que son menos.
Centrarnos en Nuestros Sueños
Saber cómo queremos estar dentro de unos años es ese sueño que nos permite seguir adelante y afrontar las dificultados.
Algunos dicen que hay que tener un sueño definido y muy concreto, muy detallado. Con todo lujo de detalles.
Yo no estoy tan de acuerdo con que haya que definirlo con tanto detalle.
Normalmente nuestros sueños, ese estado que queremos alcanzar dentro de unos años (aparte de cosas materiales como dinero, casas, lujo, yates, jets y otros) suelen ser algo etéreo que no tienen un marco definido.
Nuestros sueños reales y más profundos suelen ser estados mentales de cómo queremos sentirnos, de qué queremos ser, de cómo queremos transformarnos dentro de unos cuantos años.
Y esto es muy difícil transcribirlo a un papel y poder expresar en palabras escritas nuestros anhelos más profundos.
Es difícil transcribir en palabras ese estado del “ser” en el que nos queremos convertir.
En mi caso, mi sueño lo represento con esta imagen metafórica:
Todos mis cursos y conferencias los empiezo con el sueño.
Si no tenemos un sueño por el que luchar y seguir, nos hundiremos en el fango.
¿Qué Significa nuestro Sueño?
Como digo mi sueño es una imagen metafórica de lo que quiero y estoy consiguiendo.
Esta imagen que utilizo para presentar mi sueño significa para mi que ya he conseguido muchas cosas que me permitirán llegar hasta ese punto.
- Tener negocios y fuentes de ingresos que trabajan para mi sin tener que estar con el ordenador y con el teléfono todo el día.
- Haber dado a mis hijos la mejor formación posible.
- Haber devuelto a mi familia todo lo que han hecho por mi, así como ayudar a todo mi entorno familiar.
- En definitiva, estar satisfecho de mis logros.
No es sólo estar tumbado en esa playa maravillosa. Sino disfrutar de mi tiempo con dinero y con salud.
Este sueño lleva implícito un estado de mi “ser” que me costaría muchas palabras poder describir.
Como ves no es necesario que sea un sueño súper original que no se le haya ocurrido a nadie, o no tiene por qué ser el más fastuoso del planeta.
Para ti ¿que significa tu sueño? Ese sueño profundo que es el que realmente te mueve.
Si no tienes un sueño perfectamente definido no te agobies. No pasa nada. Pero sí debes tener tu sueño en el corazón, aunque no sepas expresarlo con palabras ni imágenes.
Nuestros sueños más profundos son estados mentales que queremos alcanzar.
Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!
Luis
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