Santiago Ramón y Cajal, en su discurso de ingreso en la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el 5 de diciembre de 1897, dijo que Paciencia y Constancia son las cualidades que debe tener un buen científico.
En que encabezase la Generación de Sabios española no hablaba de esfuerzo como tal, algo que ahora gusta mucho. En la constancia está implícito el esfuerzo.
A los emprendedores, autónomos y empresarios se nos dice que la mejor cualidad para tener una empresa es que tenemos que realizar un gran esfuerzo, haciendo referencia a trabajar muchas horas.
Únicamente por el hecho de trabajar. Por esa cultura que existe de culto al trabajo. Pero yo creo que ese planteamiento no es correcto.
Yo creo que, igual que para un científico, las mejores cualidades de un empresario son la paciencia y la constancia.
Paciencia
La Real Academia Española define paciencia en la tercera acepción como:
Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.
Y en la cuarta acepción como:
Lentitud para hacer algo.
Sacar un negocio adelante es algo que requiere mucha paciencia, porque todo va muy despacio. Mucho más despacio de lo que nos gustaría a cada uno de nosotros.
En un negocio siempre tienes que interactuar con otras personas: clientes, proveedores, colaboradores; y ellos llevan su ritmo y su velocidad. Tienen que hacer sus cosas, igual que nosotros tenemos que hacer las nuestras.
Esto nos lleva a, en más ocasiones de las que nos gustaría, tener que parar y adaptarnos a sus ritmos.
Pero nosotros tenemos que facturar y cobrar, lógicamente, porque al final del mes hay que pagar todas las facturas. Así que muchos tomamos la decisión de hacerlo nosotros mismos y así tenerlo antes.
Piensan: tengo que hacer más horas de trabajo, pero da igual, el cliente es lo primero.
La calidad es inferior al resultado de si lo haría un profesional, pero da igual. Lo importante es entregárselo lo antes posible al cliente.
La velocidad en la entrega al cliente es una gran ventaja competitiva, siempre que no sea a costa de reducir la calidad del producto o servicio.
Si además de todas las tareas que tienes que hacer ya de por sí para el núcleo de tu negocio (que son las productivas), incorporas otras tareas secundarias, ¿cuánto tiempo vas a poder seguir ofreciendo ese nivel de calidad a tus clientes?
Es muy probable que no puedas mantener el nivel de calidad, bien porque las nuevas tareas las haces tú, con su coste en esfuerzo y capacidad de trabajo; o bien porque contratas personal, con su coste económico en gastos fijos (que tendrás que pagar tengas ingresos o no).
Tenemos que decidir si queremos entregar más rápido sacrificando la calidad, con lo que tendremos que reducir los precios y entrar en guerra de precios.
O mantener e incrementar la calidad entregando más tarde, con lo que, si hemos acertado con el nicho de clientes, siempre tendremos clientes esperando para comprarnos.
Sobre esto hablé hace tiempo.
Tenemos que tener paciencia y saber inculcarla a nuestro alrededor.
Constancia
La Real Academia Española define constancia como:
Firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos.
Y de esto también necesitas mucho para tu negocio. Sobre todo por la gran cantidad de NO que te vas a encontrar. Eso en los casos que te contestan, que muchos ni te contestan.
Esto desanima a cualquiera.
En una ocasión fui a una clase del magistral Fernando Moreno en las que enseñaba a empresarios a ser mejores empresarios. Uno de los ejercicios que les mandaba era ir a buscar 100 noes para acostumbrarse y hacer cayo (emocional).
Como decía antes, todo va muy despacio. Y sobre todo cuando empiezas. El primer año o año y medio es terrorífico.
Se necesita mucha constancia para seguir adelante. Muchos gastos y pocos ingresos. Demasiados noes. Necesitas una gran planificación del dinero que tienes para saber si podrás llegar a esos 12-18 meses con pocos ingresos.
Pero si crees en ti mismo y en tu proyecto no cejes en el empeño. Sigue adelante. Trabaja bien y de forma productiva para intentar hacer las menos horas posibles, que aún así serán muchas.
Conserva tu salud alimentándote bien, descansando lo suficiente y, sobre todo, disfrutando de tu vida personal (algo, esto último, que no practicó Don Santiago).
Todo esto tiene implícito trabajar muchas horas, sí. Sobre todo al principio.
No nos centremos únicamente en trabajar por trabajar, sino en trabajar de una manera productiva. Y sobre todo con paciencia y constancia.
Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!
Luis
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