Todo lo que Merece la Pena Lleva Tiempo

Vivimos en un mundo ultradinámico.  Cada vez tiene que ser todo más y más rápido.  La velocidad puede ser una ventaja competitiva en algunas ocasiones.  Pero no siempre.

Déjame ponerte una metáfora:

¿Cómo esta más rico un cocido madrileño (comida típica de Madrid – España) hecho en 30 minutos en una olla exprés, o un cocido madrileño hecho durante 3 horas a fuego lento?

Obviamente el cocinado a fuego lento.

Esto de cocinar a fuego lento se está perdiendo en los negocios.

Las empresas cada vez lo quieren (¿necesitan?) todo más pronto. Diseñan estrategias para conseguir esa cuota de mercado que han establecido como objetivo de forma rauda y veloz.

Unas estrategias de negocio y de marketing a corto plazo con los pies de barro, que se sustentan en modas pasajeras o en información poco contrastada.

Se busca a toda costa crecimiento.  – ¿Y la rentabilidad de la empresa? – Bueno, eso no importa tanto…

Acciones apresuradas para ser los primeros en el mercado en lanzar algún producto o servicio.

Todo esto es una carrera a corto plazo.

El problema de las carreras de corto plazo es que tienes que ir buscando carreras en las que competir cada poco tiempo.

Y empezar de nuevo.

 

La carrera importante es la del largo plazo

Conocer bien a los integrantes de tu red de contactos: clientes, proveedores, colaboradores, empleados.  Pero esto lleva tiempo.

Actualizar constantemente el conocimiento que obtienes de tu red de contactos.

Hace unas semanas escribía en este artículo que el conocimiento como tal carece de valor, en el sentido de ventaja competitiva.

El valor, la ventaja competitiva, es lo que hacemos con ese conocimiento.  Cómo lo aplicamos para aportar más valor a toda nuestra red de contactos.

Conocer realmente cuales son los beneficios que quieren conseguir nuestros clientes o qué frustraciones necesitan resolver.

Pero no sólo a los clientes.  Nuestros proveedores también quieren conseguir sus beneficios y resolver sus frustraciones.  Y también nuestros colaboradores y empleados.

¿Por qué no aportar algo de valor a toda la comunidad, no sólo a clientes, proveedores, colaboradores y empleados?

La comunidad (entendida como el ámbito social que nos rodea) también es parte de nuestra red de contactos, así que tenemos que cuidarla también.

Establecer tu filosofía a través de tus valores y de tus principios.  Que te posicione en tu comunidad. Que las personas de tu red de contactos sepan en todo momento como vas a reaccionar.

¿Sabes que el comportamiento genera comportamiento?  Pues sí.  Así que según cómo te comportes tú con ellos (tu filosofía), así se comportarán ellos contigo.

La amabilidad y la consideración son gratis.  GRATIS.  Estos dos valores mueven montañas.

Mantenernos fieles a nuestra filosofía  crea seguridad.  Y la seguridad establece las bases para la confianza, que es el germen de la actividad comercial y empresarial.  Si no confían en nosotros, nunca nos comprarán.

Comunicar nuestra historia (nuestra filosofía)  de manera que llegue a las emociones de nuestra red de contactos.

Tenemos que dar a conocer al mundo lo que somos y lo que hacemos, pero lo más importante es por qué lo hacemos (nuestra filosofía).

Si quieres ver un ejemplo de por qué, te invito a leer el mío.

 

Crea tu propia cultura

Con todos estos factores del punto anterior creamos nuestra cultura.  Una cultura que hay que cocinarla a fuego lento para que coja todo el sabor.

Son factores intangibles que elevan el beneficio neto de la Cuenta de Resultados de nuestra empresa o de nuestro puesto de trabajo.

Esta cultura es por lo que merece la pena luchar y esforzarse (siempre con esfuerzo inteligente).

Como digo en el título del artículo, lo que merece la pena lleva tiempo.  Y la cultura, tu cultura, merece la pena.

Como dijo Peter Drucker:

La cultura se come a la estrategia en el desayuno.

Mi recomendación:  Crea tu cultura.  Ese es un trabajo importante y que merece la pena hacer.

Ya seas empresario, emprendedor, profesional independiente, trabajador por cuenta ajena, estudiante o desempleado.  Crea tu cultura y difúndela a los cuatro vientos.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Prefiero la Buena Actitud a la Experiencia

Sí, la experiencia es útil y aporta mucho.  Pero donde esté una buena actitud y ganas por trabajar que se quite todo lo demás.

La actitud es lo que marca la diferencia.  Lo que hace llegar hasta el final con éxito.  Por eso es tan importante que haya un buen líder que mantenga la actitud correcta en el proyecto.

Por eso es tan importante que, aunque no exista ese líder, sí existan personas dentro del grupo con buena actitud para “tirar del carro”.

Si trabajas sólo no te queda más remedio que tener buena actitud y ganas por hacer un buen trabajo siempre.

La actitud se demuestra por cómo te ofreces al mundo profesional, que es lo que nos ocupa, pero la actitud es algo que llevas siempre encima y te sirve para cualquier situación de tu vida.

Hace algo más de un año escribí un artículo en el que hablaba sobre trabajar por resultados, que es una manera altamente competitiva de conseguir más clientes y mayores ingresos.

A mi modo de ver esta es la actitud correcta para cualquier profesional independiente o pequeña empresa.

Esto es decirle a tus clientes que confías tanto en tu trabajo que si ellos no ganan tú tampoco ganas.

¿Te meterías en un proyecto que piensas que vas a perder dinero?  Claro que no.

Cuando no creo en el producto/servicio de un cliente potencial soy honesto y se lo digo.  Soy yo el que no lo cree, pero seguro que encontrará otro profesional que sé crea.

Los profesionales y pequeños empresarios que he conocido que trabajan por resultados son los que quieren comerse el mundo y confían plenamente en la calidad de tu trabajo.

Una buena actitud es clave para poder confiar.

 

Procesos de Selección por Actitud

Esto también pasa con los trabajadores por cuenta ajena.

Muchos de ellos son funcionarios (en el sentido peyorativo) privados.  Pido perdón a todos los funcionarios honrados, que son la mayoría, que se dejan la piel en su trabajo todos los días. Es un caso en el que pagan justos por pecadores.

Escucho regularmente quejarse a empresarios por el poco rendimiento de sus trabajadores.

Hace mucho que no leo ofertas de trabajo, pero cuando lo hacía la cualidad más buscada era la experiencia, cosa que está muy bien.

Que yo recuerde, nunca me encontré una oferta que pidieran tener buena actitud y ganas de trabajar.

Creo que esto es lo primer requisito indispensable para los candidatos: buena actitud y ganas de trabajar.

La actitud se siente cuando estas con una persona, si tiene buena actitud o mala actitud.  O si no tiene ninguna actitud.

Cuando trabajaba por cuenta ajena tuve que hacer un proceso de selección para incorporar una persona al equipo.

Hice el primer filtrado con los currículums en papel de los solicitantes con los conocimientos que yo buscada y convoqué a entrevistas personales a los que habían pasado este filtro.

En esta primera entrevista personal mi objetivo de filtrado era la actitud del candidato.  Pasaron el filtro para la selección final los que tenían buena actitud.

Los conocimientos que necesitaban para el puesto me importaban menos porque eso lo podían aprender.  Pero la buena actitud se tiene o no se tiene.

Si alguna vez tengo que hacer otro proceso de selección tengo muy claro que el requisito fundamental para el trabajo es “tener buena actitud”.  Ni los idiomas ni la experiencia.  Eso sumará, pero no será determinante.

Ahora trabajo sólo, pero sigo seleccionando mis proveedores y colaboradores por su actitud.  Y también a mis clientes.

 

Caso Real 1

Quiero contarte dos casos reales sobre la actitud.

Mi amigo Eugenio, hace unos años, entro en un proceso de selección para la empresa VMware, multinacional estadounidense de software.

Después de dos entrevistas con distintas personas, llegó a la entrevista final con el que iba a ser su jefe.  En esta entrevista le decían si el puesto era suyo o no.

Como es lógico en estos casos, se preparó la entrevista a conciencia.  Sus carrera académica, la experiencia profesional, y todas esas cosas.

Cuando llegó la entrevista, su futuro jefe no le preguntó por su currículum.  Le dijo que daba por supuesto que todo lo que ponía era cierto.

Durante toda la entrevista estuvieron hablando de un viaje que había realizado mi amigo, del Camino de Santiago en bicicleta, que había grabado en vídeo y subido a Youtube.

Eso es buscar actitud.

 

Caso Real 2

El segundo ejemplo que quiero poner es el que me ha inspirado este artículo.

Es un profesor del colegio de mis hijos.  Un chaval joven, con poca experiencia, claro.  Pero con ganas suficientes para comerse el mundo.

(La experiencia también tiene cosas malas, y es que cuanta más experiencia tienes es porque tienes más años 🙂 .)

Hasta el curso pasado daba únicamente una asignatura.  Pero este año, la directora ha premiado su trabajo de los tres años que lleva en el colegio y le ha nombrado tutor de un curso y profesor de dos asignaturas más.

Yo me he puesto muy contento porque ha llenado a l@s chic@s de alegría, no como la tutora del curso pasado.

En vez de dar la materia con apuntes antiguos y aburridos, ahora tienen apuntes coloridos y divertidos.  Se ha pasado todo el verano preparando el material para que sea más fácil de aprender para ellos.

Se ha metido en la piel de su cliente y ha creado servicios basándose en sus beneficios y necesidades. (Tú también puedes hacerlo leyendo este artículo.)

Y sobre todo, ha llenado a l@s chic@s de responsabilidades (rotativas) acordes a su edad.

  • Ha puesto un mapa de España y tienen que poner una chincheta en las provincias donde han estado de vacaciones.  Hay un responsable de tener actualizado el mapa.
  • Tienen un tablón donde ir poniendo las cosas divertidas que ocurren en clase.  Hay un responsable de tener actualizado el tablón.
  • Otro tablón donde cualquiera puede poner una pregunta que no sepa la respuesta y el resto de compañeros pueden responderla.  O bien porque ya la saben, o bien porque buscan la respuesta.
  • Otro es el abogado, encargado de mediar en los conflictos de los compañeros.

¡Este chaval es un crack!  Porque encima fomenta la colaboración, que es una de las metacompetencias que se necesitarán en el futuro (ya es el futuro).

Pero hay algunos padres que se quejan porque no tiene experiencia.

¿Tú prefieres actitud o prefieres experiencia?  Compártelo con todos nosotros en los comentarios, por favor.

NOTA FINAL:  Sí, antes de que alguien lo diga.  Por preferir, prefiero las dos cosas:  experiencia y actitud.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Nuestro Cerebro Nunca Pierde Valor con Aprendizaje Constante

Así, a bote pronto, no consigo encontrar ninguna cosa, ningún activo (hablando en términos económicos), que tenga la capacidad de no devaluarse nunca.

Casas, terrenos, acciones, oro… pero también formación, conocimientos, tecnología, modelos de negocio y todo lo que me viene a la cabeza en estos momentos.

Todo tiene posibilidad de perder valor menos una cosa.  Nuestro cerebro.

A no ser que queramos depreciarlo nosotros mismos, claro.

Nuestro cerebro es la única herramienta que nunca nos va a fallar y qué siempre podremos utilizar para salir adelante.

En cualquier situación, por muy mal que nos encontremos, el uso que hagamos de nuestro cerebro es lo que condicionará el éxito o el fracaso de la situación.

Esto lo demuestra perfectamente Viktor Frankl en su maravilloso libro El hombre en busca de sentido.

En este librito el doctor Frankl demuestra claramente lo poderoso que puede ser nuestro cerebro.

También hablan del poder del cerebro los que escriben libros sobre cómo hacerse rico, como Napoleon Hill o T. Harv Eker.

¿Y cómo mantenemos nuestro cerebro en forma?  Una buena alimentación y aprendizaje constante.

 

Aprendizaje constante

Sobre alimentación no te voy a hablar, principalmente porque, además de comer, no sé mucho más.

Pero de lo que si sé algo más es de formación y de aprendizaje.

Los empresarios de éxito nunca han perdido la capacidad de aprender.  Siguen queriendo aprender constantemente.  Este es uno de los secretos que les ha llevado a donde están.

Y por empresario de éxito no me refiero a los que han creado multinacionales, que también, pero no hablo de ellos.

Me refiero a cualquiera que tenga una empresa, aunque sea pequeña o un profesional independiente, y que sea capaz de mantenerla abierta.

Hablando en términos Darwinistas, la capacidad de adaptarnos a los cambios nos la da principalmente los nuevos aprendizajes que obtengamos.

Los que creen que lo saben todo “están muertos”.  Es posible que aún no lo sepan, pero es cuestión de tiempo.  Antes o después cerrarán.

Puedes saberlo todo sobre los productos y servicios que ofreces, cosa que dudo porque siempre salen novedades.

Vale, también estás atento a las novedades, pero ¿hace cuanto que no aprendes nuevas técnicas de venta? ¿sobre las variaciones del mercado (ya no compramos como antes)? ¿sobre tecnología para implantar en tu negocio?

Siempre hay algo nuevo que aprender sobre nuestro negocio.  Por ejemplo, desde hace unos años, con el desarrollo de la Neurociencia, se están haciendo nuevos descubrimientos fascinantes sobre el comportamiento humano.

Si llevamos eso a nuestro negocio, el conocimiento cierto de cómo se comportan los clientes ¿no crees que sería bueno para nuestro negocio?

Y para los que tengan empleados ¿no crees que tener una mayor conciencia de cómo funcionan te ayudará a que sean más productivos?

 

Aprende también de otras cosas

Hace unas semanas escribí que la magia se encuentra fuera de la zona de confort.

Siempre que hablamos sobre salir de la zona de confort es para crear una zona de confort más grande sobre la que poder progresar.

Para dominar este espacio inseguro que está fuera de nuestra zona de confort y hacerla más grande sólo podemos hacerlo aprendiendo cosas nuevas.  Esas que nos permitan dominar este espacio incierto, domarlo y hacerlo nuestro.

Para esto, una de las cosas que mejor me ha funcionado a mi es aprender sobre temas que no conozco.

Créeme, esto me ha hecho crecer mucho más de lo que yo me esperaba, porque me ha permitido ver desde distintas perspectivas el trabajo que realizo y aportarle mucho valor.

Nuevas ideas.  Nuevos puntos de vista fundamentados que me han llevado a adentrarme y conocer otros matices de las empresas en los que hasta entonces no me había percatado.

Como los intangibles que son los que hacen que las empresas sigan funcionando o tengan que cerrar.

¿Has aprendido algo sobre los intangibles que afectan a las empresas en los últimos dos años?

Hace varios meses escribí una serie de artículos en los que hablaba de algunos de estos intangibles.  Hay más, pero yo me centré en los siete que yo considero más importantes.

Mi educación es financiera y durante muchos años he creído y defendido que la gestión económico-administrativa es lo más importante para que los negocios funcionen.

Hace ya varios años me di cuenta que esto no es cierto.  La gestión es necesaria e importante, pero en otro plano.

Lo más importante son las personas.  Las personas a las que sirve la empresa como clientes, empleados, proveedores, colaboradores, …

 

Yo puedo ayudarte

Si tú también quieres progresar sobre los intangibles de tu empresa, yo puedo enseñarte todo lo que he aprendido en estos años, concentrado en 8 semanas, en la nueva edición del workcamp online de Programa para Progresar en lo Intangible.

Un programa formativo avanzado especialmente diseñado para desarrollar, con una metodología de trabajo totalmente novedosa, los siete factores intangibles que, creo, son los que generan el 90 % del éxito de las empresas:

  1. Red de contactos, calidad cualitativa de las personas con las que nos rodeamos.
  2. Comportamiento, interno con nosotros mismos y externo con la red de contactos.
  3. Conocimiento adquirido, cómo y qué información podemos extraer de la red de contactos.
  4. Comunicación, para hacer llegar nuestro mensaje y que se alineen con nosotros.
  5. Emociones, para llegar a lo más profundo y destacar por encima de los demás.
  6. Confianza, para poder delegar con eficacia y establecer puentes.
  7. Imaginación/Creatividad, para encontrar nuevas maneras de sorprender a los componentes de nuestra red de contactos.

Si quieres conocer más información o inscribirte en el workcamp haz clic aquí.

Sólo habrá 10 participantes.  Y cuanto antes te apuntes podrás disfrutar de un mejor precio de inscripción.

Este es el vídeo de presentación donde podrás ver casi toda la información:

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Facilita las Relaciones de los Demás Hacia Ti

¿Nunca te ha pasado que vas a un sitio y te resulta difícil comprar?

Información confusa, pocas explicaciones, mala atención… te vas con la sensación de ser ignorado y con la idea de no volver a comprar más en ese establecimiento, si es que has comprado algo.

Este es un ejemplo de negocio hacia el consumidor final que seguro nos ha pasado a todos y lo identificamos rápidamente.  Pero no son los únicos.  También ocurre en empresas que sirven a otras empresas.

En mi opinión esta no es la actitud correcta.

En mi opinión debemos siempre y sin excusas dar las mayores facilidades posibles para que el cliente pueda realizar la compra/conseguir la información que busca.

¿Te molesta que pregunten sin comprar?  Pues vas por mal camino.

El proceso de compra lo realizamos en un estado 100% emocional.  Si sentimos emociones negativas lo más probable es que descartemos la compra (a no ser que sea algo urgente).

Facilitar la compra no significa ser servicial (en el sentido peyorativo de la palabra) ni plegarse a los deseos de los clientes si estos nos perjudican.

Facilitar la compra significa poner al alcance del cliente toda la información que pueda necesitar, dejar probar el producto o servicio siempre que sea posible, indicar y “acompañar” los pasos del proceso de compra.

¿Qué otras acciones se te ocurren para facilitar a tus clientes que te compren?

 

El cliente es lo primero

Esta frase es mal interpretada por muchos profesionales y dueños de negocios que terminan sirviendo a sus clientes (en el sentido peyorativo de la palabra).  Esto no es recomendable y, por supuesto, así no se puede tener un negocio escalable.

Con que el cliente es lo primero quiero decir que cuando planeamos y desarrollamos nuestros procesos de ventas, de producción, de distribución, de servicio posventa, … los tenemos que crear nuestros procesos pensando en facilitar al cliente y no en que sea lo más cómodo para nosotros.

Antes de crear los procesos es conveniente ponernos en la piel del cliente y averiguar cuáles son sus preferencias.   Así, una vez que las conocemos, podremos crear esos procesos fáciles para el cliente.

Si ya tienes creados los procesos haz el ejercicio de ponerte el la piel del cliente para analizar si son fáciles para ellos o si por el contrario los has creado fáciles para ti.

¿Se puede rizar el rizo y crear procesos fáciles para los clientes y para nosotros?  Por supuesto, pero las prioridades son las prioridades.  No tenemos que perder nunca de vista que primero van los clientes.

Un proceso de compra fácil es una de las mayores ventajas competitivas que puedes tener.

 

¿Facilitar sólo a los clientes?

¿Por qué no facilitar las relaciones contigo a todos los que te rodean?

¿No crees que hacerlo más fácil también con tus empleados (si tienes), con tus proveedores, con tus colaboradores o con cualquier integrante de tu red de contactos, será también ventajoso para ti?

  • Empleados felices y con predisposición a realizar su trabajo, totalmente implicados con tu empresa.
  • Proveedores diligentes que te sirven más rápido porque es un proceso ágil que les consume poco tiempo.
  • Colaboradores deseosos de sacar trabajo pronto para poder cobrar antes.

Facilitar a todos los demás las relaciones contigo no te trae más que ventajas, ¿por qué no lo haces aún?

Facilitar se parece mucho a FELICIDAD.

Hagamos felices a los que nos rodean y ellos nos harán felices a nosotros.

Revisemos nuestros procesos, pongámonos en la piel del cliente, del empleado, del proveedor, del colaborador y de cualquiera que nos pueda facilitar a nosotros sacar nuestro negocio adelante… y actuemos en consecuencia.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis

 


 

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Cerrado por Vacaciones

Bueno, después de 18 meses escribiendo todas las semanas, creo que ya ha llegado el momento de parar un poco y así reflexionar sobre la evolución de todos estos meses.

Y sobre todo poder oxigenarme para crear nuevos contenidos frescos y prácticos.

Si todo va según lo previsto, volveré a publicar el martes 23 de agosto.

¡QUÉ TENGAS UN GRAN VERANO!

Más Cultura Popular que No nos Deja Progresar

Hace unos meses escribí un artículo sobre la cultura popular que no nos deja progresar. Esos refranes (a mi me gustan mucho los refranes, encierran mucha sabiduría), dichos o mentalidades que a los empresarios y autónomos nos hacen mucho daño.

En este artículo veraniego (en España), quiero traeros otros cinco dichos que no aportan mucho ni a los empresarios ni a los emprendedores.

Así que como en la foto, coge un helicóptero y aléjate de estas mentalidades tóxicas.

 

Trabajar de sol a sol

Este es un concepto muy arraigado sobre todo en autónomos y profesionales independientes.

Hay que trabajar muchas horas, aunque no se tenga vida personal… porque así “me creo y hago creer” a mi círculo cercano de personas que es que estoy muy implicado con mi empresa/negocio/proyecto.

Y es que hay muchos pequeños empresarios y autónomos que así lo piensan.  Que montar un negocio es cuestión de hacer muchas horas de trabajo.

En las fases iniciales de tu negocio es cierto que tienes que echar muchas horas.  Pero no es hacer horas por hacer.  Sino porque hay muchas tareas que realizar y, normalmente, no se tiene dinero para pagar a otros porque hagan esas tareas.

En un negocio hay dos variables: tiempo y dinero.  Si no tienes dinero, tendrás que echarle tiempo.

El problema con esta mentalidad es que no se cambia cuando el negocio empieza a hacer dinero.  Y en lugar de pagar a otro para que haga esas tareas que no nos dejan avanzar, suelen seguir haciéndolo ellos.  Porque claro, como hay que hacer muchas horas para estar implicado con el negocio…

Esto de trabajar de sol a sol viene directamente de esa mentalidad del esfuerzo entendido como sacrificio.  Y trabajar por trabajar sin una dirección correcta no lleva a ningún sitio.  Es andar en círculos que no te lleva a conseguir ningún logro.

Trabajar muchas horas lo único que te va a llevar es a estar mucho más cansado.  A trabajar peor.  A estar mucho más irritable por el cansancio.  Y a deteriorar tu salud (que es lo más importante que tenemos).

Tienes que trabajar mucho, sí, pero aplicando el esfuerzo inteligente.  Meditando sobre lo que estas haciendo, considerando constantemente si estas en el camino correcto o no.  Esto no es trabajar muchas horas sin motivo, sino que es cuestión de ser productivo.

Ir como gallina sin cabeza no te hace ningún bien.

Ya sabes que yo no soy de los que defienden que hay que trabajar mucho.  Yo defiendo que hay que trabajar bien.

Piensa, reflexiona, valora, analiza, toma perspectiva y reduce tus horas de trabajo.  Elimina tareas que no te aportan ningún valor.

 

A quien madruga Dios le ayuda

Este ejemplo de cultura popular que paraliza está muy relacionado con el anterior.  No habla de trabajar muchas horas (aunque lo lleva implícito), pero si habla de que por la mañana se trabaja mejor.

Bueno, gran parte de la población es más productiva por las mañanas.  Pero si tú no lo eres, no pasa nada.  Encuentra el momento del día en que eres más productivo.

Eso sí, oblígate a que unas horas al día coincidas con el resto de la humanidad.  Recuerda que tienes que vender.

Un ejemplo.  Bob Dylan graba sus discos por la noche y no es que le haya ido precisamente mal.

Encuentra tu momento y quítate la mentalidad de madrugar si no va contigo.

 

Es mejor dar que recibir

Tampoco estoy de acuerdo.

Lo mejor es dar y recibir.

El mundo está formado por dualidades.  El día y la noche.  El yin y el yan.  Éxito y fracaso.  Dar y recibir.

No se puede romper esa dualidad.  Sí que es cierto, así lo creo, que para recibir primero tienes que dar.  Pero recibirás en la misma medida que has dado.

Eso de que vas a recibir sólo una parte de lo que das no me lo creo.  Dios, el Universo, o como quieras llamarlo, es justo y te recompensará en la misma medida que tú seas generoso con los demás.

Esto no quiere decir trabajar gratis.

¿Qué es lo que puedes hacer por ayudar a otros desde tu negocio, incluso sin tener beneficio directo (porque seguro que en el futuro te llega ese beneficio)?

 

Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer

Esta es la escusa, una de ellas, de los que no quieren avanzar.

Avanzar implica tener que conocer cosas nuevas.  Tener que aprender y salir de la zona de confort.

En estos momentos quedarse parado es llamar a la muerte para que se lleve tu negocio.  Eso de pensar que

aún hay gente que le gusta lo que hago/vendo, no voy a renovar mis procesos/tecnología.  Sólo tengo que aguantar hasta que pase esta crisis y volvamos a la situación anterior.

No niego que sigas vendiendo.  Es un hecho.  ¿Pero facturas lo mismo que antes?  Seguro que no.

Actualizarte no significa que tengas que incorporar tecnología súperavanzada que se queda totalmente fuera de tu control.  Pero tampoco es lo contrario, que es seguir con los procedimientos de cuando empezaste.

Por actualizarte me refiero a que salgas a la calle y observes a la gente.  Obsérvanos detenidamente y date cuenta de cómo hemos cambiado nuestros hábitos de selección, elección y compra.  Y adáptate a los nuevos tiempos.

Intenta ser objetivo con lo que ves.  No pongas delante los filtros de tus creencias porque en ese caso distorsionas la realidad y te creas una paralela que será la que a ti te guste y que te sea más confortable.

 

La curiosidad mató al gato

Más zona de confort.

Esta es otra mentalidad de los que no quieren avanzar, como los que tienen la mentalidad anterior.

Pero también es la mentalidad que tienen muchos de los que no quieren emprender o autoemplearse y prefieren la “seguridad” de ser empleados de una empresa.

En el mundo de hoy, trabajar para ti mismo es realmente el camino más seguro, y trabajar para una empresa se ha convertido en una de las propuestas más arriesgadas.

Abre caminos.  Nuevas vías para hacer lo que te gusta.  ¿Hay algo que sabes hacer que te demandan mucho en tu círculo cercano de personas?  Porque si es así, posiblemente puedas ganar dinero con eso.  Aunque a ti te parezca fácil, posiblemente a otros no nos lo parezca.

Si no sabes hacer nada valioso para los demás, abre los ojos y los oídos y estate atento a detectar necesidades que otros quieran cubrir o beneficios que quieran conseguir.  Pregúntales y valora si pagarían dinero por solucionar el problema o conseguir lo que buscan.

En esta fase de búsqueda es importante intentar salir de nosotros y pensar como lo harían “los futuros clientes”.  Es fácil caer en la tentación de crear algo que a mi me gusta y luego aspirar a venderlo, o de adaptar ese posible negocio que he detectado a lo que a mi me es más cómodo, para no tener que trabajar mucho.

Esto suele ser la historia de un fracaso, porque no compramos lo que no queremos.

Empatizar con tus futuros clientes te va a venir muy bien para ofrecerles lo que realmente quieren y desean.

Un producto o servicio creado desde el terreno del cliente hará que estos hagan cola en tu puerta.


 

Hasta aquí este artículo con la cultura popular que nos paraliza.

¿Qué otros refranes, dichos o sentencias conoces tú que no nos dejan avanzar y que ponen trabas en nuestro camino?

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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La Universidad se ha Quedado en un Ministerio

Es triste, pero es así.  Y somos muchos los que lo pensamos.  Incluso profesores universitarios.

(En este artículo trato el tema universitario de forma generalista.  Existen honrosas excepciones que, según mi criterio, están haciendo las cosas bien.  Ya sabes que generalizar es la mayor de las injusticias.)

Las universidades, salvo honrosas excepciones, como MIT (la que parece en la imagen), se han quedado en meros centros de poder, económico y político, y han dejado de ser centros para el fomento de la investigación y la formación de los futuros trabajadores del mundo.

Y no me refiero a que son como ministerios sólo por las estructuras tan anquilosadas y burocratizadas que tienen.  No.  Lo digo por la complacencia que tienen en sí mismas.  Porque se han convertido en entes endogámicos que se cierran a lo que pueda hacer peligrar la situación de confort de las personas que están dentro.

Tampoco lo digo por los estudiantes universitarios (al menos la mayoría), que son los más perjudicados de esta situación.  Una situación de la que también tiene la culpa los gobiernos políticos de los países que no hacen nada por cambiarlo.

No sirve con una mera reestructuración interna.  Ese no es el problema.  Modernizar la universidad no es reducir su estructura, como nos quieren hacer ver algunos.

Reducir las estructuras organizativas es algo que la empresa privada lleva haciendo desde 2008 y era algo natural que llegase a las instituciones públicas.

 

Formación desactualizada

La Unión Europea maneja estimaciones que en unos 10 años habrán desaparecido el 70% de los puestos de trabajo tal y como los entendemos actualmente a manos de los ordenadores y los robots.  Sectores enteros desaparecerán como fuente de generación de empleo.

Muchos expertos consideran que ni siquiera conocemos qué puestos de trabajo serán los necesarios.  No se sabe en qué ni cómo vamos a trabajar.

Y aún así las universidades (apoyadas por el sistema político) siguen ofreciendo grados, posgrados, doctorados, másters, etc. de varios años de duración.

Actualmente la cantidad de información que existe en el mundo se duplica cada dos años (la velocidad de creación de información está aumentando).  Y gran parte de esa información es accesible libremente por Internet.

Por lo que, en el mejor de los casos, que es un alumno que esté estudiando cuatro años, su título ha perdido valor formativo en dos ciclos.  Si está más años estudiando, más valor formativo pierde.

Porque la velocidad de actualización del contenido de los programas, salvo honrosas excepciones, es mucho menor que la creación y actualización de información.

El sistema actual está basado, salvo honrosas excepciones, en un sistema inductivo en el que el profesor “vomita” lo que sabe y los alumnos tienen que repetírselo.  Siempre con un resultado esperado por el profesor.

En las ciencias exactas el resultado es el que tiene que ser y ¿no hay otra opción?.  Pero el método para obtener ese resultado no tiene por qué ser único, preseleccionado por el profesor.

Hay muchas otras ramas formativas inexactas en las que el resultado no tiene por qué ser exacto, y mucho menos predefinido por el profesor.  Por ejemplo, en la gestión de empresas, que es lo que “yo domino”, la solución para una empresa no tiene porque ser la misma que para otra empresa, aunque la situación sea igual.

El conocimiento en sí mismo no tiene valor.  Lo que tiene valor es la aplicación que realizamos de ese conocimiento.

Si en la universidad sólo nos enseñan a adquirir conocimiento pero no facilitan experimentar las posibilidades de aplicación de ese conocimiento, llegaremos al mundo laboral con unos conocimientos teóricos, que en la práctica difieren poco o mucho de su aplicación en el mundo real.

 

El Futuro de la Formación

Leo en algunos foros que el futuro de las universidades pasa, en gran medida, por adaptarse a la tecnología e impartir la formación online.

Yo considero que esa no es la solución para las universidades.  Por supuesto que se tienen que adaptar a la tecnología.

Eso de poder estudiar desde tu casa, a tu ritmo, sin necesidad de estar presente en las aulas, es algo que a muchos de los que estudiamos y trabajamos a la vez nos facilita seguir aprendiendo.

El sistema por el que se accede al conocimiento no es la solución para el sistema universitario. La solución es que las universidades ofrezcan el conocimiento que se necesita para el futuro.

Actualmente no lo hacen.  Según el proyecto Eleadership de la Unión Europea, únicamente el 0,009 de los programas formativos en Europa (universidades y escuelas de negocio) preparan para las habilidades que consideran se necesitarán en el futuro.

Vale, hasta aquí bien.  ¿Pero qué conocimiento pueden ofrecer las universidades si no sabemos  con certeza cuales son las habilidades y conocimientos que se necesitarán en el futuro?

La investigación.  El origen de la universidad es investigar nuevo conocimiento para transmitirlo a la humanidad.  Creo que son las universidades las que deben estar en la punta de la lanza a la hora de investigar hacia donde evoluciona la humanidad.

Y a partir de ahí poder desarrollar el conocimiento necesario para desarrollar esas habilidades que necesitarán las empresas del futuro (ya casi presente) para seguir siendo productivas.

Pero en las universidades cada vez se investiga menos.  De acuerdo, no hay dinero ni público ni privado para investigar (hablo de España).  Lo sé.  Pero lo que tampoco hay es voluntad, salvo honrosas excepciones, para investigar.

Y como ejemplo pongo a Santiago Ramón y Cajal, único premio Nobel en medicina otorgado a España (Severo Ochoa también lo ganó pero se otorgó a Estados Unidos.  La fuga de cerebros no es algo que ocurra sólo ahora 🙁 )

RTVE hizo una serie de nueve capítulos sobre la vida de Ramón y Cajal que te recomiendo encarecidamente para este verano.  Puedes verla aquí.

¿Y tú que opinas sobre la función actual del sistema universitario y otras entidades de formación superior?

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Las Oportunidades Profesionales se Polarizan

Es innegable que a las máquinas han llegado para quedarse.

Ya no son sólo los robots de las fábricas.  Son los drones, la impresión 3D, el Internet de la cosas, la computerización y robotización de todo lo que nos rodea.

Desde la Revolución Industrial, cuando se inventaron máquinas que facilitaban el trabajo de las personas, siempre ha habido una evolución constante de la tecnología para desarrollar estas máquinas.

Y siempre ha sido necesario que las personas adquiriesen unos relativos conocimientos para poder hacer funcionar esas máquinas.

Posteriormente se empezaron a controlar algunas máquinas desde los ordenadores.

Todo esto ha seguido evolucionando y ahora, quien hace funcionar casi todas las máquinas, son los ordenadores.  Y esto, por supuesto, sigue evolucionando hacia más.

Lo llaman la Cuarta Revolución Industrial, y ya ha llegado.  Y ha llegado para quedarse.

Bueno, esto es la evolución (aunque no voy a entrar a debatir si esta afirmación es correcta o no) y, tal y como nos enseño Mr. Darwin, tendremos que adaptarnos o extinguirnos.

Pero en base a este pequeño resumen de la situación (puedes encontrar mucha más información sobre esta “invasión de las máquinas” en Internet) se puede extraer una conclusión.

Las opciones de trabajo que nos quedan se están polarizando en ser tecnólogo o en cualquiera que tenga relación directa con las personas.

Y yo voy a hablar de lo mío.

 

Personas

Hay mucha gente con mensajes catastrofistas de que “el fin del mundo está cerca” por esta Revolución Tecnológica.  Pero se quedan ahí.  En asustar a la gente que les quiera oír.

Yo llevo varios años escuchándolos y sí, estoy de acuerdo con ellos, la “invasión de las máquinas” ya está aquí, no es algo que vaya a ocurrir dentro de 10 años.  Es ahora.  Hoy.

Pero queremos soluciones, no sólo mensajes de miedo.

Yo prefiero centrarme en las personas e intentar encontrar soluciones.

Algo habrá que hacer con toda la gente que se está quedando sin trabajo.  Porque son muchos los mayores de cuarenta años que difícilmente volverán a encontrar un trabajo, porque la salida de la crisis implica que su trabajo lo hará una máquina.

Para los que ya no podemos subirnos al carro de la tecnología, lo que si nos quedan son las personas.  Además, cada vez hay más personas.  Y cada vez vivimos más.

Y queremos tener calidad de vida.  Seguir haciendo deporte con regularidad.  Viajar.  Disfrutar de los nietos los que tengan…  ¿Qué es para ti tu calidad de vida?

¿No encuentras trabajo en el sistema tradicional?  ¡Déjalo!  No busques más.

Utiliza el plan B.

¿Qué sabes hacer que aporte valor a otras personas?  El valor suficiente como para que alguien te dé su dinero.

Si no se te ocurre nada, abre los ojos y estate atento.  ¿Qué deseos oyes a las personas que tienes al tu alrededor y que no pueden alcanzar? ¿Qué problemas tienen que no pueden resolver?

Sí, lo que te estoy proponiendo que es crees tu autoempleo para volver a ser productivo y sentirte útil.

 

Autoempleo

Porque autoemplearse no es una mala opción ni una mala decisión, a pesar de lo que se intenta transmitir desde algunos foros (que si no eres emprendedor molón, no molas).

¿Ha habido algo que siempre te ha gustado hacer?  ¿Y has notado que puede haber otras personas que les pueda gustar lo que tú sabes hacer, pero que no lo hacen porque no tienen tiempo o porque no saben?

O mejor aún.  ¿Hay algo que siempre has querido hacer, aprender o que te ha llamado la atención y nunca has tenido la oportunidad de hacerlo?  Ahora es tu momento.

Por ejemplo mi amiga Isabel.  Veintidós años trabajando en banca y al ser despedida fue cuando vio claro que tenía que hacer lo que la gustaba: las terapias naturales.  Y dicho y hecho.  Empezó a estudiar en profundidad y ahora tiene su propio centro en Madrid.

Sí, lo saca adelante con mucho esfuerzo.  Pero con esfuerzo inteligente lo está consiguiendo.

ATRÉVETE.  DA EL SALTO.

Quedarte en tu zona de confort sólo te lleva a hundirte más y más.

No sabes por donde empezar, yo puedo ayudarte, esto es lo que yo puedo hacer por ti.  Si quieres que te ayude, ponte en contacto conmigo.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Nuestro Mayor Competidor es Nuestra Estupidez

La semana pasada te decía que la magia se encuentra fuera de la zona de confort.  En este artículo voy a hablarte de justo lo contrario, que es por lo que más negocios y empresas ha cerrado.  La estupidez, que según la primera acepción de la RAE es:

Torpeza notable en entender las cosas.

Los seres humanos tenemos el cerebro más evolucionado del mundo animal que nos permite ir más allá del mero instinto de supervivencia.  Nos permite pensar, analizar, valorar y tomar decisiones más allá de si algo es peligroso o no.

Esa capacidad de raciocinio también nos lleva a cometer errores.  Algunos errores pueden ser por equivocación, falta de información o de análisis.  Algo que alguna vez nos ha pasado a todos.

Pero otros errores son por necedad, que según la segunda y la tercera acepciones de la RAE, necio es:

Falto de inteligencia o de razón.

Terco y porfiado en lo que hace y dice.

Así que la mayor parte de las veces por las que se cierra un negocio o empresa no es por culpa ni de la crisis, ni de los centros comerciales, ni de las grandes cadenas, ni de la tecnología, ni de la mano de obra barata; sino de la estupidez humana.

¿Cuántas veces has pensado de las estrategias o decisiones de otros dueños de negocios o empresas: pero cómo hace esa tontería, no se da cuenta de que no tiene ni pies ni cabeza?

Y es que muchas personas (¿todas las personas?), a veces nos enrocamos en una postura y no queremos movernos.  Y cuanto más nos intentan decir que estamos equivocados o que volvamos a reflexionar sobre nuestra decisión, más tercos nos ponemos.

Hasta que nos damos de bruces con el muro y, algunos, se dan cuenta de su error.  Aunque hay otros siguen dándose contra el muro una y otra vez convencidos de su estupidez.

 

Estupideces

Seguro que tú también podrías contar muchas anécdotas en negocios que te parecieron una estupidez y que finalmente terminaron siéndolo.  Te invito a que escribas en los comentarios casos que tú conoces y así que aprendamos todos para no cometer esos errores.

Todos los casos que te pongo a continuación los he vivido o escuchado yo.  Ninguno es inventado, por increíble que parezca.

 

Seguir en la zona de confort

Sí, yo sé que cuesta mucho que después de muchos años haciendo lo mismo tengamos que olvidarlo todo o casi todo y empezar de nuevo, pero es que la mayoría de sectores han variado las formas y procedimientos en hacer las cosas.

Por ejemplo, un comerciante de ropa.  Ropa de calidad.  De la que te dura muchos años.  Y por tanto a un precio superior.

Es que el mercado ha cambiado.  Ahora la mayoría de la gente quiere ropa de usar y tirar.  Ropa de menor calidad y menor precio, porque lo que quieren es ir renovando regularmente su fondo de armario y no tener que ponerse durante varios años la misma ropa.

Inditex, H&M, Primark y otras cadenas lo han demostrado.

También hay muchos empleados/desempleados que no quieren salir de su zona de confort y quieren mantener/buscar puestos de trabajos como los de antes que ya no existen.

 

Negar la realidad

“La culpa no es nuestra.  La culpa es de la crisis”

Esta frase siempre me ha llamado la atención porque según la consultora Capgemini, en España han aumentado el número de ricos desde 2008 en un 50%.  Hay 66.000 ricos más que hace 8 años.

¿Es una paradoja?  Yo creo que no.  Simplemente es gente que ha salido de su zona de confort (ver punto anterior) y se ha dado cuenta de nuevas maneras de hacer dinero.

La crisis nos ha dado la oportunidad a todos de cambiar.  Ha sido una bofetada global para que espabilemos y nos demos cuenta que las cosas no podían seguir tal como eran.  Una bofetada para salir de nuestra zona de confort y ponernos a pensar y a mejorar.

Por ejemplo, pedir otro crédito para aguantar un poco más a ver si el negocio/empresa repunta.

Otro ejemplo, en la ultima empresa por cuenta ajena que trabajé, filial española de una multinacional francesa, el director siempre echaba la culpa a la crisis de que la filial fuese mal.  La central también lo notaba, claro, pero no tan acusado como en la filial.

En una reunión que hizo el director con todo el equipo para hablarnos de la situación de la filial, y después de echarle la culpa a la crisis y a algún cliente importante que no pagaba (todo influye, claro), se me ocurrió preguntar que si nosotros no tendríamos algo de culpa en la situación de la filial.

Yo veía a otras empresas del sector del software de gestión (pocas porque la mayoría seguía echando la culpa a la crisis) que estaban creciendo.  Con estrategias adaptadas a la realidad del momento y no a la “realidad imaginaria” del director de la filial.

El director de la filial seguía negando la realidad y terminó pasando lo que tenía que pasar (además de echarme la bronca por “engañar” a mis compañeros por plantear situaciones que no eran reales… en fin).

 

Engañar

Engañar a tus empleados diciéndoles que las cosas van bien cuando no es cierto.  Decir la verdad a tus empleados no es contraproducente.  Al contrario, creo yo.  Si las cosas van mal, díselo.  Tus empleados son los segundos interesados en que el negocio salga adelante.  El primer interesado eres tú.

Engañar a tus clientes.  Por suerte ya se a acabado, o se está acabando, con esa época en la que comprabas una cosa y te daban otra.  Otras calidades, otras funcionalidades, etc.  Ahora tenemos variedad donde elegir.  Y si no nos gusta cómo nos han tratado nos buscamos a otro.

Si ahora estás pensando que tu producto o servicio es único… te comento que si lo que haces aporta valor, no será único por mucho tiempo.  Así que o das un gran producto o servicio siempre, o con el tiempo te quedarás sin mercado.

(Para profundizar en esto te recomiendo el artículo sobre las líneas maestras.)

Engañar a tus proveedores/colaboradores.  Dales confianza al trabajar contigo y vuestra relación se irá sincronizando en el tiempo.  ¿Qué mejor que un proveedor/colaborador que nos conozca tan bien que parezca parte de nuestra empresa?

Si piensas que con una relación así el proveedor se va a aprovechar de ti y que te engañará, nunca progresarás.  Y además como dice el dicho: “piensa el ladrón que todos son de su condición”.

Y aquí acaba este pequeño repaso a algunas de las estupideces que se comenten en los negocios y empresas, y que realmente son nuestra mayor competencia.

Como te decía más arriba ¿qué otros ejemplos conoces tú de estupideces en los negocios? Por favor, escríbelos en los comentarios para que podamos aprender todos de ellos.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Toda la Magia se Encuentra Fuera de la Zona de Confort

Así que sal fuera de tu zona de confort si quieres empezar a sentir y a hacer magia.

Ya no sólo en tu negocio, sino también en general, en tu vida ¿es mágica?

Hace dos años decidí salir de mi zona de confort del pozo donde había caído.  Sí, has leído bien. Estar en un pozo lleno de mierda también puede ser zona de confort, si te conformas y no haces nada por cambiar tu situación.

¡¡¡¡ VAMOS !!!!

¿A qué esperas? ¿Quieres seguir igual que hasta ahora?

Vale.  Nuestro cerebro reptiliano odia el cambio.  Pero también tenemos el cortex que nos permite sobreponernos a nuestros instintos más básicos y salir adelante.

Así que no tienes excusas.  Si estas así es porque quieres.  Tanto si es para bien como si es para mal.

 

Sueña

¿Cómo salí yo de mi zona de confort?  Soñando.

Cuando determiné que el único que podía solucionar mi situación era yo, me puse a soñar en cómo quería estar yo dentro de diez años (me quedan ocho para conseguirlo).

Es más o menos en un sitio así y con un negocio que mantenga el estilo de vida que quiero.

two chairs banner

Y desde que decidí esto, todo lo que he hecho (a nivel profesional) es con el fin de conseguirlo.

Todas mis decisiones y acciones están enfocadas en estar en una de estas dos hamacas dentro de ocho años.

A veces tomo decisiones erróneas y tengo que retroceder.

Otras veces mis decisiones son correctas y avanzo.

Pero tengo la fe de que lo voy a conseguir.  Y esto es mi mayor motivador.

¿Cómo sé si la decisión es correcta o no?  Hasta que no la tomo y lo compruebo no lo sé.  Pero eso no me impide seguir tomando decisiones.  Ante una encrucijada, este es mi método para tomar decisiones.

 

¡Arriésgate!

El que no se arriesga no gana.

Tendrás que tomar decisiones arriesgadas.   Si no arriesgas y sólo tomas decisiones prudentes, no saldrás del agujero.

Esto no quiere decir que te lances a una piscina sin agua.  No me malinterpretes.  Tienes que analizar y tratar de prever las consecuencias de tus decisiones, y obrar (y decidir) en consecuencia.

Hay dos maneras de salir de la zona de confort.

Una es centrándonos en qué es lo que queremos y en por qué lo queremos.  Esto nos lleva directos al éxito (si haces las cosas bien).  Esta manera de salir de la zona de confort es la que nos va a dar la fuerza, la pasión y la fe suficientes para lograrlo.

La otra manera de salir es centrándonos en el cómo lo vamos a hacer.  Esta manera de salir de tu zona de confort te lleva directo al fracaso.  Fuera de nuestra zona de confort no hay nada.  El vacío.  Por lo tanto no puedes saber desde el principio cómo lo vas a hacer.

No te preocupes, en el camino encontrarás la respuesta.

Recuerda lo que dijo Richard Branson:

Si alguien te ofrece una increíble oportunidad y no estas seguro de si lo puedes hacer. dile que si – y entonces aprende cómo hacerlo después. Aprende sobre la marcha.  Las oportunidades son pocas.

 

Estrés

Salir de la zona de confort produce estrés.  Estrés ante lo desconocido.

Pero como te decía antes, tenemos dos maneras de enfrentarnos a lo desconocido:

  1. desde el cómo:
  2. O desde el qué.

Para esto Hans Selye nos da la respuesta en sus estudios sobre el estrés.

Descubrió que hay dos tipos de estrés:

El distrés es el aspecto negativo del estrés, cuando sentimos que no podemos hacerle frente a determinada situación ya que estamos desbordados por sus demandas.  Es decir, enfrentar las situaciones desde el cómo.

Y el eustrés sería el estrés positivo, es decir, aquel que nos permite adaptarnos a los cambios y reaccionar rápidamente y con mayor fuerza ante los problemas y peligros que debemos enfrentar.  Es decir, enfrentar las situaciones desde el qué y el por qué.

(Aunque hay que tener cuidado, porque una situación continuada de eustrés puede dar lugar al distrés.  Así que con moderación.)

Al salir de tu zona de confort lo que haces es crearte otra zona de confort más grande, en la que te podrás mover mejor y con más soltura.  Recorrer otros caminos.

Pero tarde o temprano tendrás que volver a salir de esa nueva zona de confort que has creado.

Este es el proceso que yo he seguido para salir de mi zona de confort, espero que a ti también te sirva.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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