La Calidad es una actitud.
No es cuestión de dinero ni de certificados.
Como decía Henry Ford:
Calidad es hacer las cosas bien cuando nadie te mira.
Esto nos lleva a dos tipos de calidad. Con c minúscula o con C mayúscula.
La Calidad en mayúscula es la que se preocupa por los detalles. Y son los detalles los que marcan la diferencia.
La obsesión por los detalles es cultura de empresa. Esta cultura la inicia el empresario con su comportamiento.
Un empresario con actitud de Calidad se preocupa siempre por los detalles hacia sus clientes. Pero también hacia sus trabajadores y proveedores.
Comportamiento genera comportamiento, así que si un trabajador se siente valorado y apreciado (por los detalles) es lo que transmitirá a los clientes de la empresa.
El trabajador también se preocupará por los detalles.
Los detalles son los que hacen a las empresas grandes. No en tamaño, sino grandes en la mente del cliente.
Esta actitud de Calidad gobierna toda la empresa. Es como en El Señor de los anillos, un anillo para gobernarlos a todos.
Así que… ¿cómo podemos saber si nuestra actitud de Calidad va por el buen camino?
Orgullo Materno
Pues hasta hace poco no sabía dar respuesta a esta pregunta más que por las sensaciones que vamos teniendo.
Aunque esto es muy subjetivo, incluso por muy sinceros que seamos con nosotros mismos.
A largo plazo tenemos la respuesta del mercado y de nuestros clientes, la empresa va bien. Pero ¿y en el día a día?
Hace poco me encontré con este planteamiento de Seth Godin y me encantó:
¿Estaría mi madre orgullosa de lo que he hecho?
¿Qué mayor satisfacción personal que la satisfacción de una madre?
De una madre que pueda ir muy orgullosa y presumiendo de su hija o hijo.
- ¿Le parece bien como trato a mis trabajadores?
- ¿Le parece bien el servicio que doy a mis clientes?
- ¿Le parece bien mi relación con proveedores/colaboradores?
- ¿Estaría orgullosa del valor que aporto a la sociedad?
- ¿Estaría orgullosa de lo que estoy consiguiendo?
¿Pasamos la prueba de MAMÁ?
Cosas Que Salen Bien
Para poder pasar esta prueba, sólo hay dos opciones, supero la prueba o no la supero.
Como decía al principio tenemos que cambiar el concepto de lo que es calidad.
Normalmente se entiende la calidad como conseguir reducir las cosas que salen mal. Es decir, que nuestros productos hagan lo que decimos que hacen, sin errores.
Esto lo único que hace es igualarnos a la competencia.
Actualmente todos los productos y servicios hacen lo que tienen que hacer sin errores. El que no, el mercado lo expulsa sin más.
Nuestra competencia no son los que lo hacen mal, algo en lo que aún se escudan muchos empresarios para no dar el salto a las Cosas Que Salen bien.
Nuestra competencia son los que lo hacen igual de bien que nosotros. Y es aquí desde donde tenemos que empezar a trabajar.
Centrarnos en las Cosas Que Salen Bien son los detalles que nos harán marcar la diferencia.
Estos detalles que nos hacen tener esa actitud de Calidad con todas las personas que nos rodean.
¿Pasamos la prueba de nuestra madre?
¿Se va a la cama por las noches satisfecha de lo que su hija o hijo está haciendo?
(No confundir con que una madre siempre defenderá a sus hijos en público.)
Un saludo y ¡qué tengas una fantástica semana!
Luis
Photo by Alex Harvey ???????? on Unsplash
¿Tienes Estrategias para Poner al Cliente en el Centro?
Puedes incrementar el servicio, la productividad, el conocimiento, el cambio y la rentabilidad de tu empresa. Te ayudo a identificar lo que añade valor a tus procesos, a tus productos y servicios y potencia el trabajo de tu equipo.
|
Escríbeme un correo y cuéntame lo que quieras. Qué tal te va, qué dificultades tienes, qué te ha parecido este artículo, si has aplicado algo y te ha ido bien. O si no te funciona como esperabas. Aprovecha para comentarme sobre qué temas te gustaría que hablase. Lo que quieras. Quiero hacerte tu día a día más fácil. |
Si te ha gustado, suscríbete a mi boletín para recibir todas las semanas más consejos e ideas directamente en tu bandeja de entrada.
