Los Muertos son Aquellos que Nadie Lleva en el Corazón

Así es como está tu empresa o negocio si nadie te lleva en el corazón.  Muerta.

Si no lo está ahora, poco le queda.

Como ya he tratado en varias ocasiones, tenemos que posicionarnos emocionalmente en el corazón de nuestros clientes.

Esto nos lleva a tener que crear artículos y productos que les aporten beneficios o que les solucionen problemas.

Para esto debemos posicionarnos en el terreno del cliente con el fin de conocer qué necesidades reales tienen.

Y a partir de ahí desarrollar esos productos o servicios que tus clientes no puedan pasar sin ellos.

Porque un buen producto o servicio es el mejor marketing.  Y un buen producto no es el que tiene mejor calidad técnica.  Sino el que compra más personas.

La época de vender ya se ha pasado.

Ahora estamos en la época de comprar.

Como clientes cada vez somos más conscientes de lo que queremos y de que si no encontramos ahora lo que queremos, lo encontraremos más adelantes o lo fabricaremos nosotros mismos.

Es la figura del prosumidor de la que hablaba Alvin Toffler.

He oído decir hace poco que el siglo XXI es el siglo de la venta.  Estoy de acuerdo.  Tiene pinta de ser un siglo aún más consumista que el siglo pasado.  Pero el proceso se realiza de forma distinta.

¿Qué es lo que ha cambiado?

 

La Información

Ahora tenemos acceso a una gran cantidad de información que antes no teníamos.  Esto nos permite poder valorar y decidir la mejor opción de compra (aunque muchas veces seguimos equivocándonos 🙂 ).

Internet es una fuente de información muy importante.  Sí que es cierto que hay que saber recopilar y tratar esa información.  Pero estar está ahí.  Internet nos permite llegar a millones de personas gratis.

Además de diversas herramientas como el Mapa de empatía del cliente, el Lienzo de propuesta de valor y otros… una fuente inagotable de información es la preocupación.

Preocuparte de lo que les pasa a tus clientes para poder detectar necesidades.

Tenemos que marcar un mínimo de calidad de nuestros productos y servicios y a partir de ahí empezar a construir.

Esta época es la época de la historia en la que es más fácil (bueno, lo voy a dejar en menos difícil) para tener un negocio o empresa que funciona bien.

Para conseguirlo debemos centrarnos en las personas.

Recoger y analizar la información.

Hacer el trabajo que tienes que realizar.

Salir de tu zona de confort.

Y por supuesto tener unas nociones básicas de lo que es dirigir una empresa o negocio.

 

¿Es tu Negocio Interesante?

¿Son tus productos y servicios interesantes? ¿Fascinan a tus clientes?  O sólo son uno más.

¿Estás en el corazón de tus clientes?

Si no sabes qué responder a esta pregunta ve buscando un ataúd para tu empresa o negocio.

¿Qué no sabes si estas o no en el corazón de tus clientes?  Pues averigua estos datos:

  1. ¿Con cuánta frecuencia te compran tus clientes?
  2. ¿Cuántos clientes nuevos vienen a tu empresa o negocio por la recomendación de un cliente que ya tienes?

Si la respuesta es pocos, levántate del sofá y ponte a averiguar qué es lo que quieren tus clientes.

Que no es lo mismo a qué es lo que quieres ofrecer tú a tus clientes.  RIP.

(No hay que confundir esto con el cliente cautivo.  Ese que te compra porque no le queda más remedio debido a que no hay otro proveedor cerca o cualquier otro motivo.

Si es un mercado rentable vendrá alguien con alguna nueva forma de dar el producto o servicio y te quitará tu mercado.

Así que no te duermas en los laureles.)

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

¿Tienes Estrategias para Poner al Cliente en el Centro?

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Más Cultura Popular que No nos Deja Progresar

Hace unos meses escribí un artículo sobre la cultura popular que no nos deja progresar. Esos refranes (a mi me gustan mucho los refranes, encierran mucha sabiduría), dichos o mentalidades que a los empresarios y autónomos nos hacen mucho daño.

En este artículo veraniego (en España), quiero traeros otros cinco dichos que no aportan mucho ni a los empresarios ni a los emprendedores.

Así que como en la foto, coge un helicóptero y aléjate de estas mentalidades tóxicas.

 

Trabajar de sol a sol

Este es un concepto muy arraigado sobre todo en autónomos y profesionales independientes.

Hay que trabajar muchas horas, aunque no se tenga vida personal… porque así “me creo y hago creer” a mi círculo cercano de personas que es que estoy muy implicado con mi empresa/negocio/proyecto.

Y es que hay muchos pequeños empresarios y autónomos que así lo piensan.  Que montar un negocio es cuestión de hacer muchas horas de trabajo.

En las fases iniciales de tu negocio es cierto que tienes que echar muchas horas.  Pero no es hacer horas por hacer.  Sino porque hay muchas tareas que realizar y, normalmente, no se tiene dinero para pagar a otros porque hagan esas tareas.

En un negocio hay dos variables: tiempo y dinero.  Si no tienes dinero, tendrás que echarle tiempo.

El problema con esta mentalidad es que no se cambia cuando el negocio empieza a hacer dinero.  Y en lugar de pagar a otro para que haga esas tareas que no nos dejan avanzar, suelen seguir haciéndolo ellos.  Porque claro, como hay que hacer muchas horas para estar implicado con el negocio…

Esto de trabajar de sol a sol viene directamente de esa mentalidad del esfuerzo entendido como sacrificio.  Y trabajar por trabajar sin una dirección correcta no lleva a ningún sitio.  Es andar en círculos que no te lleva a conseguir ningún logro.

Trabajar muchas horas lo único que te va a llevar es a estar mucho más cansado.  A trabajar peor.  A estar mucho más irritable por el cansancio.  Y a deteriorar tu salud (que es lo más importante que tenemos).

Tienes que trabajar mucho, sí, pero aplicando el esfuerzo inteligente.  Meditando sobre lo que estas haciendo, considerando constantemente si estas en el camino correcto o no.  Esto no es trabajar muchas horas sin motivo, sino que es cuestión de ser productivo.

Ir como gallina sin cabeza no te hace ningún bien.

Ya sabes que yo no soy de los que defienden que hay que trabajar mucho.  Yo defiendo que hay que trabajar bien.

Piensa, reflexiona, valora, analiza, toma perspectiva y reduce tus horas de trabajo.  Elimina tareas que no te aportan ningún valor.

 

A quien madruga Dios le ayuda

Este ejemplo de cultura popular que paraliza está muy relacionado con el anterior.  No habla de trabajar muchas horas (aunque lo lleva implícito), pero si habla de que por la mañana se trabaja mejor.

Bueno, gran parte de la población es más productiva por las mañanas.  Pero si tú no lo eres, no pasa nada.  Encuentra el momento del día en que eres más productivo.

Eso sí, oblígate a que unas horas al día coincidas con el resto de la humanidad.  Recuerda que tienes que vender.

Un ejemplo.  Bob Dylan graba sus discos por la noche y no es que le haya ido precisamente mal.

Encuentra tu momento y quítate la mentalidad de madrugar si no va contigo.

 

Es mejor dar que recibir

Tampoco estoy de acuerdo.

Lo mejor es dar y recibir.

El mundo está formado por dualidades.  El día y la noche.  El yin y el yan.  Éxito y fracaso.  Dar y recibir.

No se puede romper esa dualidad.  Sí que es cierto, así lo creo, que para recibir primero tienes que dar.  Pero recibirás en la misma medida que has dado.

Eso de que vas a recibir sólo una parte de lo que das no me lo creo.  Dios, el Universo, o como quieras llamarlo, es justo y te recompensará en la misma medida que tú seas generoso con los demás.

Esto no quiere decir trabajar gratis.

¿Qué es lo que puedes hacer por ayudar a otros desde tu negocio, incluso sin tener beneficio directo (porque seguro que en el futuro te llega ese beneficio)?

 

Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer

Esta es la escusa, una de ellas, de los que no quieren avanzar.

Avanzar implica tener que conocer cosas nuevas.  Tener que aprender y salir de la zona de confort.

En estos momentos quedarse parado es llamar a la muerte para que se lleve tu negocio.  Eso de pensar que

aún hay gente que le gusta lo que hago/vendo, no voy a renovar mis procesos/tecnología.  Sólo tengo que aguantar hasta que pase esta crisis y volvamos a la situación anterior.

No niego que sigas vendiendo.  Es un hecho.  ¿Pero facturas lo mismo que antes?  Seguro que no.

Actualizarte no significa que tengas que incorporar tecnología súperavanzada que se queda totalmente fuera de tu control.  Pero tampoco es lo contrario, que es seguir con los procedimientos de cuando empezaste.

Por actualizarte me refiero a que salgas a la calle y observes a la gente.  Obsérvanos detenidamente y date cuenta de cómo hemos cambiado nuestros hábitos de selección, elección y compra.  Y adáptate a los nuevos tiempos.

Intenta ser objetivo con lo que ves.  No pongas delante los filtros de tus creencias porque en ese caso distorsionas la realidad y te creas una paralela que será la que a ti te guste y que te sea más confortable.

 

La curiosidad mató al gato

Más zona de confort.

Esta es otra mentalidad de los que no quieren avanzar, como los que tienen la mentalidad anterior.

Pero también es la mentalidad que tienen muchos de los que no quieren emprender o autoemplearse y prefieren la “seguridad” de ser empleados de una empresa.

En el mundo de hoy, trabajar para ti mismo es realmente el camino más seguro, y trabajar para una empresa se ha convertido en una de las propuestas más arriesgadas.

Abre caminos.  Nuevas vías para hacer lo que te gusta.  ¿Hay algo que sabes hacer que te demandan mucho en tu círculo cercano de personas?  Porque si es así, posiblemente puedas ganar dinero con eso.  Aunque a ti te parezca fácil, posiblemente a otros no nos lo parezca.

Si no sabes hacer nada valioso para los demás, abre los ojos y los oídos y estate atento a detectar necesidades que otros quieran cubrir o beneficios que quieran conseguir.  Pregúntales y valora si pagarían dinero por solucionar el problema o conseguir lo que buscan.

En esta fase de búsqueda es importante intentar salir de nosotros y pensar como lo harían “los futuros clientes”.  Es fácil caer en la tentación de crear algo que a mi me gusta y luego aspirar a venderlo, o de adaptar ese posible negocio que he detectado a lo que a mi me es más cómodo, para no tener que trabajar mucho.

Esto suele ser la historia de un fracaso, porque no compramos lo que no queremos.

Empatizar con tus futuros clientes te va a venir muy bien para ofrecerles lo que realmente quieren y desean.

Un producto o servicio creado desde el terreno del cliente hará que estos hagan cola en tu puerta.


 

Hasta aquí este artículo con la cultura popular que nos paraliza.

¿Qué otros refranes, dichos o sentencias conoces tú que no nos dejan avanzar y que ponen trabas en nuestro camino?

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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