La Calidad es una actitud.
No es cuestión de dinero ni de certificados.
Como decía Henry Ford:
Calidad es hacer las cosas bien cuando nadie te mira.
Esto nos lleva a dos tipos de calidad. Con c minúscula o con C mayúscula.
La Calidad en mayúscula es la que se preocupa por los detalles. Y son los detalles los que marcan la diferencia.
La obsesión por los detalles es cultura de empresa. Esta cultura la inicia el empresario con su comportamiento.
Un empresario con actitud de Calidad se preocupa siempre por los detalles hacia sus clientes. Pero también hacia sus trabajadores y proveedores.
Comportamiento genera comportamiento, así que si un trabajador se siente valorado y apreciado (por los detalles) es lo que transmitirá a los clientes de la empresa.
El trabajador también se preocupará por los detalles.
Los detalles son los que hacen a las empresas grandes. No en tamaño, sino grandes en la mente del cliente.
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