¿No te pasa que más ocasiones de las que te gustaría te gastas más dinero del límite máximo que habías establecido?
¿Quemas tu dinero como en la imagen de este artículo?
Supongo que tu respuesta es: NO.
Entonces… ¿por qué gastas dinero de más en cosas que no necesitas?
Cuando hacemos una decisión de compra equiparamos lo que estamos comprando, el sueño de lo que vamos a realizar con es producto o servicio, contra un número. Que es el precio.
Por eso muchas veces cuando vamos a comprar algo solemos gastarnos más de lo que habíamos previsto.
Por ejemplo: vamos a comprar una tablet que ya hemos decidido previamente buscando por Internet, en un acto racional de decisión. Hemos hecho nuestra valoración en función de nuestras necesidades.
Pero llegamos a la tienda y vemos el mismo modelo de gama superior.
Si el marketing que rodea ese modelo superior es bueno terminaremos llevándonos el modelo superior.
¿Por qué?
Porque nos han hecho ver un sueño. Nuestro sueño utilizando ese modelo superior que es más veloz, la pantalla más grande o cualquier otra característica.
Es un sueño mejor que el que teníamos con el modelo de gama inferior.
Así que comparamos contra los números.
Supongamos que, siguiendo con el ejemplo, el modelo inferior cuesta 400 € y el modelo superior 600 €.
Y los números son eso, sólo números. Algo abstracto. Que por si solo no dice gran cosa. Al fin y al cabo, los números son números. Y hay muchos.
Pero y si en vez de compararlo con un número lo comparásemos con otro sueño. La cosa cambia:
– “Compro la tablet de gama inferior y con esos 200 € de diferencia compro una bicicleta a mi hijo que está deseando tener una. Esto le haría muy feliz.”
Ahora la cosa cambia, ¿no te parece? Al menos a mi sí me lo parece.
Vale. Hasta aquí el ejemplo.
El Dinero de tu Empresa
Trasládalo a tu negocio.
Si te planteas una inversión comparándola solamente con el dinero que vas a gastar siempre tenderás a gastar un poco más porque la comparación es contra un número, y un número es sólo un número.
De 30.000 a 32.000 sólo cambia un número.
Si comparas los beneficios que te va a traer ese exceso de inversión con el beneficio de poder utilizar ese dinero en otras cosas, la cosa cambia. Ya no es sólo un número.
¿De verdad necesitas esa oficina en ese sitio tan lujoso o puedes irte a un sitio más económico?
¿De verdad necesitas un iMac o puede valerte un Lenovo?
¿De verdad necesitas realizar tú toda la producción de tus productos o puedes subcontratar a una empresa que te lo puede hacer?
¿De verdad necesitas contratar una agencia reconocida de comunicación o puedes contratar a unos chicos/as que están empezando y tienen muchas ganas y empuje?
De verdad. No compares sólo contra un número.
Antes de gastarte el dinero piensa en otro sueño que puedes hacer con la diferencia y compáralos.
Un saludo y qué tengas una fantástica semana,
Luis
¿Tienes Estrategias para Poner al Cliente en el Centro?
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