… es que es mala comida para perros.
No le des más vueltas.
Tus clientes (los perros) no quieren tu producto (la comida para perros).
Es posible que antes vendieses mucha comida para perros. Pero si ahora no vendes tienes que empezar a averiguar, de hecho lo tenías que haber hecho hace mucho tiempo, por qué ya no vendes tu comida para perros.
No te autoengañes con justificaciones peregrinas como que los dueños de perros no saben lo que es comida buena para sus perros.
O con que es que ahora van a comprar al hipermercado que han abierto cerca.
O con cualquier otra excusa que sólo sirven para justificar tu actitud.
Y tu actitud es que ya no quieres esforzarte en reinventar tu negocio.
Y por reinventar tu negocio no me refiero a que cambies completamente de sector. Obviamente la gente sigue teniendo perros y otras mascotas a las que tienen que alimentar.
Tú llevas muchos años en el sector y sabes que tu producto es de gran calidad.
O no es de gran calidad pero tienes unos precios muy competitivos (que es la palabra guay y de moda para decir que tienes precios bajos, que es una estrategia de negocio totalmente válida y digna como cualquier otra estrategia que funcione).
Así que con esa base, lo que yo te recomiendo que hagas es salir a la calle a preguntar a los dueños de perros con los que te encuentres para saber qué hábitos de compra tienen ahora para la comida de sus perros.
Y así confirmar tus teorías (la palabra guay y de moda es hipótesis).
Es posible que ahora en tu zona haya más perros pequeños, o más perros grandes.
O que los tamaños en los que vendes la comida no son los que les va bien. Si tienes un perro pequeño no compras un saco de 25 kilos. Y si tienes un perro grande no compras un saco de 3 kilos.
También es posible que en el hipermercado que han abierto cerca sea más barata.
En este caso tendrás que adaptar la comunicación de tu negocio y explicar a los dueños de perros que tu comida es de mayor calidad por X, Y y Z y que con tu comida vivirán más o que tendrán mejor calidad de vida, o …
Casos reales
Ahora quiero darte dos casos reales que conozco personalmente de gente que le ha pasado esto.
Primero la dueña de una mercería. Llamémosle Antonia.
Durante muchos años regentaba un negocio próspero. Pero de buenas a primeras un día empezó a vender menos.
Al principio pensaba que sería algo circunstancial y espero a ver si mejoraba. Pero cada vez iba a peor.
Optó por renovar y actualizar el escaparate. El escaparate daba gusto verlo de bonito que lo tenía Antonia. Más bonito que un San Luis.
Pero seguía sin vender.
Hasta que decidió salir a la calle a ver qué pasaba.
Y lo que se encontró fue que la gente que vivía en el barrio había cambiado. Ahora la mayoría de gente del barrio eran musulmanes con otra cultura y otras costumbres de compra.
Los productos que tenía Antonia en su negocio no son los que usaban sus nuevos vecinos del barrio.
Ahora Antonia tiene que decidir si cierra o si se adapta a los gustos de sus nuevos potenciales clientes.
Otro caso (recuerda que son reales) es el de el dueño de una tienda de fotografía. Llamémosle Antonio.
Cuando las cámaras de fotos todavía usaban carrete, el negocio era próspero.
Además estaban al lado de una comisaría de policía donde expedían carnets de identidad y pasaportes, por lo que las fotos para carnet también era una línea de negocio bastante rentable, aunque no lo suficiente como para mantener el negocio.
Llegó el momento en que ya (casi) nadie iba a revelar carretes de fotos porque ahora las cámaras son digitales.
Por lo que la parte principal de su negocio se esfumó en pocos años.
Para colmo, la comisaría de policía se cambió a otra ubicación.
En vez de asumir que se había quedado sin mercado Antonio se encabezonó en seguir con el negocio de fotografía y se mudó a otro local al lado de la nueva comisaría.
Hasta que tuvo que cerrar.
Y es que si realmente te has quedado sin mercado tendrás que dedicarte a otra cosa, lo siento 🙁
Pero seguir con un saco roto es peor aún que volver a empezar.
Aunque sea volver a empezar desde cero.
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Luis
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