La Calidad es Algo Más que una Certificación

Henry Ford decía sobre la calidad:

La calidad es hacer las cosas bien cuando nadie te mira.

Y hacer las cosas bien cuando nadie te mira, llega al cliente.  Esas cosas se notan.  Antes o después te das cuenta si la Calidad es un valor de la empresa o simplemente un certificado pagado anualmente.

En este artículo no voy a hablar sobre las empresas certificadoras ni sobre las normativas de certificación que aplican.  Como cada uno de nosotros, sobre esto tengo mi propia opinión al respecto.

En este artículo voy a hablar sobre la Calidad (con C mayúscula) como actitud.  Una actitud que tenemos que tener y transmitir a todo lo que hacemos.

Nuestro posicionamiento hacia la Calidad lo perciben todos los integrantes de nuestra red de contactos.  Es como un aura que rodea todo lo que hacemos.  Ya sea de alta Calidad como de baja Calidad o de Calidad mediocre.

Podemos tener varios certificados de calidad concedidos por las mejores consultoras del mundo, pero si nuestra actitud sólo se queda en cumplir los artículos de la normativa, eso se termina notando.

Y lo afirmo porque lo he vivido.

Tom Peters (considerado gurú de gurús), en su libro “Nuevas organizaciones en tiempos de caos”, presenta una manera de entender la Calidad que me parece muy interesante.  Es más, la comparto completamente y la he introducido en mis servicios.

Dice que la Calidad se puede entender de dos maneras.  Como reducir las Cosas Que Salen Mal, o por el contrario se puede entender la Calidad como aumentar las Cosas Que Salen Bien.

Reducir las Cosas Que Salen Mal es limitarnos a hacer que nuestros productos y servicios hagan lo que decimos que hacen.   Que un coche arranque, que un ordenador se encienda y se conecte a Internet, organizar tu boda, certificar tus procesos de calidad, etc.,y que ocurra sin errores.

Limitarnos a esto me parece que es tener una actitud muy pobre.  Debemos determinar ciertas líneas maestras que son básicas, fundamentales y que son sobre las que debemos empezar a construir.

¿Reducir las Cosas Que Salen Mal nos aporta alguna ventaja sobre nuestra competencia?

No. Ninguna.  Y menos si nuestra competencia también se dedica a reducir sus Cosas Que Salen Mal.

Reducir las Cosas Que Salen Mal también conlleva dedicar demasiado tiempo a estudiar lo que hace la competencia.  Haciendo esto perdemos nuestra originalidad.  (Seguramente la próxima semana escriba sobre los estudios de mercado.)

En mi opinión las certificaciones de calidad de centran en reducir las Cosas Que Salen Mal.

 

Cosas Que Salen Bien como ventaja competitiva

Y aquí te lanzo mi propuesta, que es la misma que lanzo a mis clientes:  pasa de tu competencia, pasa de las especificaciones de tus productos y servicios, y céntrate en lo que le gusta a tus clientes.

Todos sabemos lo que no gusta a nuestros clientes.  Aunque no nos lo digan directamente, si eres un buen profesional, sabes si algo disgusta a un cliente.  Lo percibimos.

Es más difícil, por lo menos para mi, saber qué es lo que más gusta a mis clientes.  Así que se lo pregunto directamente.

Sólo hago una pregunta en “mi encuesta de satisfacción”: -¿Qué es lo que más te ha gustado?.

¡Céntrate en lo que más gusta a tus clientes!  Ese será el motivo por el que te compren.  Ese será el motivo por el que te vuelvan a comprar.  Y ese será el motivo por el que nuevos clientes (de tu nicho) te empiecen a comprar.

Hay una balanza en la que el juez es el tiempo.  En un lado está lo que gusta a nuestros clientes. En el otro lado está lo que hace la competencia. ¿Cuánto tiempo tenemos para dedicar a uno u otro?

De nuestra decisión a lo que dediquemos nuestro tiempo dependerá el éxito de nuestra empresa.

 

Y para terminar un cuento que explica todo esto

Este cuento japones muestra muy bien la diferencia entre estas dos maneras de afrontar la Calidad.  Este cuento lo utiliza Tom Peters en el libro que he mencionado antes para mostrar esta diferencia.

jardin

Cierto día, un anciano Maestro de Chado (el arte del té japones) pide a su hijo que arregle el jardín, un jardín como el de la foto, por ejemplo.

El hijo, con la intención de agradar al padre, se pone manos a la obra inmediatamente.  Coge una escoba y barre todas las hojas y flores secas caídas en el suelo. Con una manguera riega el jardín.

A la media hora, se presenta ante el padre y le dice: -“Padre, ya he arreglado el jardín”.-  Pero el padre le responde que eso no es arreglar el jardín.

Ahora el hijo, que su intención es agradar al padre, vuelve a ponerse manos a la obra. Coge un cepillo y friega todos los escalones.  Con unas tijeras de podar corta alguna malas hierbas y flores y ramas secas.

Así durante tres horas, limpiando y cortando todo lo que ve que puede ser limpiado y cortado.

Cuando termina se presenta de nuevo ante el padre para decirle que ya ha arreglado el jardín, a lo que el padre le contesta: -“Joven insensato, ¿no te das cuenta que eso no es arreglar el jardín?

Se levanta y agita los arbustos con flores haciendo que diseminen su aroma y que algunas caigan al suelo para embellecerlo.

El padre va hasta el hijo y le dice: -“Esto es arreglar el jardín”.

 

Conclusión

Limpiar el jardín, por muy limpio que lo dejemos es centrarnos en reducir las Cosas Que Salen Mal.

Esparcir las flores por el suelo y que diseminen su aroma es Cosas Que Salen Bien en estado puro.

Espero que a ti, igual que a mi, esta nueva forma de afrontar la Calidad te ayude a ver las Cosas de otra manera y te ayude a dar ese salto de Calidad que te haga destacar por encima de los demás para conseguir más y mejores clientes.

Los únicos que te pueden decir cuales son las Cosas Que Salen Bien son tus clientes, así que pregúntaselo.

En mi opinión la Calidad tomada desde las Cosas Que Salen Bien sí es una ventaja competitiva y un distintivo sobre tu competencia, no un certificado que dice que haces las tareas como dices que las haces.

Recuerda la frase de Henry Ford que he puesto al principio… hacer las cosas bien cuando nadie te mira.

 

Un saludo y ¡qué tengas una gran semana!

Luis


 

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Las Líneas Maestras Nos Sirven de Base para Destacar

Este es el primer artículo que escribo después de terminar la serie del 90% del éxito de tu negocio es invisible.  Y quiero hablarte de algo que comenté brevemente en uno de los artículos de esta serie:  las líneas maestras.

Las líneas maestras yo las defino como ese compromiso mínimo de calidad y excelencia que tenemos que tener en todo lo que rodea a nuestro negocio y que depende directa o indirectamente de nosotros.

Desarrollo de productos y servicios, interacciones con los clientes, calidad de los proveedores y/o colaboradores…

Por ejemplo: si yo fabrico un producto, este producto tienen que tener el nivel de calidad que yo determino y que todas las personas que tienen alguna intervención en la producción de este artículo deben conocer y respetar.

Supongamos que fabrico muebles.  Mis sillas y mis mesas no se desarman solas a los dos meses de comprarlas.  Por lo tanto, mis clientes saben que las sillas aguantarán varios años.

(Yo acabo de tirar unas sillas que compré hace doce años.  Eran de polipiel y con el tiempo se han pelado, pero la estructura estaba perfecta.)

Lo mismo ocurre con los servicios.  Con mi servicio vas a obtener lo que te informo que vas a conseguir.

Si soy formador, te aseguro que vas a terminar el curso con nuevas habilidades o conocimientos que vas a poder aplicar en lo que quiera que sea para lo que has recibido la formación.

Es decir…

 

Tus productos y servicios hacen lo que dices que hacen.

Esto nos permite posicionarnos en la mente de nuestros clientes con un nivel de calidad de productos y servicios.

Y no sólo en clientes, también en proveedores, colaboradores, empleados… es decir, tu red de contactos.

Pero estas líneas maestras no son sólo para el desarrollo de nuestros productos y de nuestros servicios.  También debemos trazar estas líneas maestras en todas las tareas y en todos los procesos que se efectúan en nuestro negocio.

En las interacciones con nuestros clientes (SOBRE TODO EN LAS INTERACCIONES CON NUESTROS CLIENTES) el trato tiene que ser excelente.  Porque la satisfacción final es la suma de las satisfacciones de todas las etapas del proceso.

Es más, valoramos mejor la satisfacción de la suma de las etapas el proceso que la satisfacción del resultado obtenido.

Otro ejemplo:  cuando vamos al médico la valoración que hacemos de la consulta es por el trato y el feeling que hemos tenido con el médico y no tanto por el resultado de la consulta.

Si nos ha solucionado el problema pero el médico es un grosero y/o antipático, salimos de la consulta con una mala valoración.  Y viceversa.

Por lo tanto no vale escudarse en “mi producto o servicio es muy bueno y hace lo que digo que hace” para dar una mala experiencia a nuestros clientes.  Porque terminarán comprando a otro que les trate bien y con respeto, aunque el producto o servicio sea peor.

Todo cuenta, y, como hemos visto, unas cosas más que otras… y no en la escala que muchos creen (yo lo creía así hace tiempo, por suerte me di cuenta de mi error y trabajé para solucionarlo… y espero haberlo conseguido).

 

¿Qué conseguimos trazando líneas maestras?

Tenemos que trabajar y mucho en crear y diseñar nuestros productos y servicios para posicionarlos en esas líneas maestras que nos sirvan de posicionamiento en la mente de nuestros clientes.

Pero llevar nuestros productos y servicios hasta las líneas maestras no es la meta.  No es el fin de la carrera.

Llevar nuestros productos y servicios hasta las líneas maestras es posicionarnos en la salida de nuestra carrera, que es tener un negocio que funciona y nos permita conseguir nuestros sueños.  A partir de este momento empieza la carrera, no antes.

Las líneas maestras son la base sobre las que tenemos que comenzar nuestro trabajo de verdad.  El que nos hace despuntar y destacar por encima de los demás.

A partir de aquí empieza nuestro trabajo de verdad, que es ocuparnos en hacer despuntar nuestros productos y servicios.  Productos y servicios que saquen el UAU de nuestros clientes.

Los negocios maravillosos crean clientes que predican y propagan sus productos y servicios debido a que el cliente se pregunta a si mismo:

¿cómo sabían que yo quería eso? Nunca lo pedí, pero… ¡ahí me lo están ofreciendo!

¿Cómo podemos conseguir esto?  Trabajando sobre las Cosas Que Salen Bien.

Las Cosas Que Salen Bien es lo que hace que nuestros clientes se queden impactados con nuestros productos y servicios (¿cómo sabían que yo quería eso…?.)

Para conocer qué es lo que más les gusta a nuestros clientes, que son las Cosas Que Salen Bien, en el artículo sobre el conocimiento adquirido  presento un modelo de encuesta de satisfacción al cliente que nos puede ayudar a obtener esta información (es la encuesta que yo utilizo).

Partir desde nuestras líneas maestras también nos permite trabajar sobre una buena Gestión de Expectativas, que es nuestra capacidad para sorprender a los clientes.

Concretar tus líneas maestras es una labor que te corresponde a ti porque es tu negocio y eres tú quién mejor lo conoce.  En lo que yo puedo ayudarte, y lo intento cada semana con mis consejos e ideas en este blog, es en definir dónde deben estar tus líneas maestras.

Si quieres también puedo ayudarte de una forma más individualizada a hacer esa búsqueda con mi servicio de consultoría.

Además puedo ayudarte a trabajar y desarrollar tus productos y servicios partiendo de esas líneas maestras mínimas que son la base de tu negocio.

Si quieres saber cómo trabajar partiendo de tus líneas maestras y hacer crecer tus productos y servicios hasta que FASCINEN a tus clientes puedes hacerlo con mi Master Class Negocios que Enamoran donde he sintetizado mis claves para lograrlo.

 

En conclusión

Tenemos que decidir en qué utilizamos nuestro tiempo, que como ya sabes es limitado.  Si en llevar nuestros productos o servicios hasta la línea de salida, o llevarlos hasta la línea de meta.

Si sólo quieres ir hasta la línea de salida crearas productos o servicios y experiencias a tus clientes corrientes y anodinos.  En ese caso no queda más remedio que competir por precio.

En cambio, si trabajas duro (con esfuerzo inteligente) llevarás tu negocio a la línea de meta y podrás dar  a tus clientes productos o servicios y experiencias realmente alucinantes por los que estarán dispuestos a pagar el precio que les pidas.

¿Y tú? ¿Cuáles son tus líneas maestras? ¿Tienes ya tus productos o servicios y la experiencia a tus clientes sobre tus líneas maestras?

 

Un saludo,

Luis


 

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Las pequeñas GRANDES COSAS (libros para el verano 4)

Hola,

Ya está terminando julio.  No se a ti, pero a mi se me ha pasado volando.

Trabajando en un nuevo proyecto del que te hablaré la próxima semana.

Y para colmo, con nuevas oportunidades profesionales interesantísimas para la vuelta de las vacaciones.

Yo no me puedo quejar.  Deseo de corazón que para ti también haya sido un buen mes de julio.

Tanto si has tenido un buen mes como si no el libro que te recomiendo hoy te va a ayudar a mejorarlo mucho.

Las pequeñas GRANDES COSAS es el último libro de Tom Peters en el que nos da 163 trucos para conseguir la EXCELENCIA.

(Realmente son más de 163 porque además incluye 7 secciones especiales en las que desarrolla más ideas para conseguir la Excelencia.  Lo escribo con mayúscula porque Tom Peters también lo hace, y estoy comentando su libro).

Tom Peters ha escrito varios libros.  El primero de ellos fué En busca de la excelencia que está considerado un libro de empresa que cambió el mundo.

Desde entonces se le considera gurú de gurús del management.  Siempre ha estado relacionado, escribiendo y hablando sobre la Excelencia.

Excelencia como la mejor vía (¿única vía?) para alcanzar el corazón de tus clientes.

 

Las pequeñas GRANDES COSAS

En Las pequeñas grandes cosas: 163 trucos para conseguir la excelencia Tom Peters hace una recopilación de esas pequeñas cosas, vividas en primera persona, que son con las que realmente llegamos a nuestros clientes.

Esos detalles, o como él lo llama “cosas que me parecen sencillamente importantes, pero que los demás ignoran”.

A sus seminarios y conferencias han asistido más de 3 millones de personas en todo el mundo.  En una ocasión uno de los asistentes describió el contenido como el “absolutamente necesario impacto de lo evidente“.

Y este libro es una selección de impactos de lo evidente.  Recogidos durante más de 44 años.

Conocí la obra de Tom Peters como pasan muchas de las mejores cosas en la vida, por casualidad.

En plena (maldita) crisis de los 40, que me está haciendo constantemente replantearme todo en la vida (excepto mi familia y mi club de fútbol), andaba yo dándole vueltas a que las teorías empresariales cada vez eran menos eficientes para ayudar a las empresas y pequeños negocios a salir adelante.

En un paseo sin rumbo por la biblioteca municipal de mi barrio tope con un libro de Tom Peters.  En este caso “Nuevas organizaciones en tiempos de caos” que me abrió los ojos a otra manera de gestionar empresas.

Un libro altamente recomendable.  Es el contenido de sus seminarios de un fin de semana pasados a un libro.

– Eh… Luis, no te desvíes.

 

Destripando el libro

El libro empieza con esta cita de Henry Clay, estadista norteamericano (1777-1852) que define perfectamente lo que  nos quiere transmitir en el libro:

Los gestos más pequeños y triviales son los que llegan más al fondo de un amable y agradecido corazón.

Como he dicho antes en Las pequeñas GRANDES COSAS nos encontramos con 163 trucos definidos y explicados con el estilo directo y contundente que caracteriza a Tom Peters.  Eso sí, siempre con buenos modales, por supuesto.

Algunos trucos tienen unas pocas líneas.  Otros varias páginas.  Pero todos están sintetizados al máximo.

Los trucos están agrupados en  41 clasificaciones como estas: Pequeño, Excelente, Oportunidad, Otros, Actitud, Iniciativa, Palabras, Red de contactos, Clientes, Cambio, Pasión, Innovación, Residuos, Diseño, UAU, Reimaginar, Éxito, Grande…

Y además nos “regala” 7 Secciones especiales para seguir profundizando y desarrollando la Excelencia en nuestros negocios.

 

Profundizando en el libro

En este artículo quiero profundizar en una de las secciones especiales del libro.

Pero antes quiero comentarte dos de Las pequeñas GRANDES COSAS que aparecen en el libro.

En concreto el truco 1 con el que empieza el libro: Lo importante es el ¡WC!

¿Se puede empezar mejor un libro de recomendaciones de gestión empresarial?

Si empezamos por el WC ¿cómo vamos a terminar?  Esto no te lo voy a decir.  Tendrás que leer el libro para averiguarlo.

También quiero reseñar el Criterio de contratación para el 100% de las personas: ¿Le gustaría ir a comer con esta persona?.

Y es que para cualquier puesto siempre hay que tener en cuenta la vertiente personal de cualquier candidato.

El ambiente laboral es fundamental para el éxito del proyecto.  No es necesario que estés “enamorado” de trabajador.  Son llevaros bien es suficiente.

Y esto no quiere decir que piense igual que tú (porque ya sabes que “donde todos piensan igual nadie piensa demasiado”, José María Cardona Labarga).  Puede pensar distinto, pero si la relación está basada en el respeto mutuo, todos saldréis ganando.

 Y ahora la sección especial en la que quiero profundizar.

Los 50 primeros “¿Ha hecho usted…?”

En esta sección presenta 50 pequeñas primeras acciones que recomienda realizar antes de preocuparte por tu posición competitiva, buscar océanos azules y otras cosas abstractas que  las escuelas de negocio y los consultores estratégicos preferirían que hiciéramos.

Son cosas prácticas que mejorarán nuestra salud estratégica a corto y largo plazo.

Poniendo en práctica estos ¿Ha hecho usted…? mejorará directamente nuestra posición competitiva y será innecesario perder el tiempo en gráficos y otras tablas.

Estos son algunos de los ¿Ha hecho usted…?

  1. ¿Ha llamado a un cliente… hoy?
  2. ¿Ha visitado algún cliente… en los últimos 10 días?
  3. ¿Ha agradecido a algún empleado de cara al público su magnífica actitud… HOY?
  4. En la última semana-mes ¿ha visitado/llamado algún cliente interno o externo para preguntar, solucionar o disculparse por alguna pequeña o gran cosa que salió mal? (¿No tiene motivos? De ser cierto – en su cabeza – está más alejado de la realidad de lo que me atrevo a imaginar.  Lástima)
  5. En las dos últimas semanas ¿se ha reunido informalmente con algún empleado o colaborador para hablar acerca de “lo que hacemos bien” o “mal” y acerca de “¿cómo hacer que este trabajo sea lo más parecido <<al trabajo de sus sueños>>?”.
  6. ¿Se sabe los nombre de los hijos de todos los que responden ante usted? (Si la respuesta es no, tiene treinta días para lograrlo.  No, espere, borre los 30 días: mejor quince.)
  7. En el último año, ¿ha dedicado un día entero fuera de la oficina a hablar de las aspiraciones individuales (y de grupo)?

Y termina la lista con:

50. Ha llamado a un cliente… HOY

Y aquí termino mis recomendaciones de libros para este verano.

Se que a algunos sí os he inspirado algunas lecturas.  Espero que os sean tan provechosas como a mi.

Como te he comentado al principio, la próxima semana te presentaré un nuevo proyecto en el que estoy trabajando con más personas y que, creemos, puede ayudar a muchos pequeños dueños de negocios como tú para salir adelante.

NOTA: El enlace que he puesto al libro es un enlace de afiliado a Amazon.  Esto quiere decir que si compras el libro accediendo desde mi enlace me llevaré unas perrillas.  Ya que les doy publicidad al menos me llevo algo ¿no?.  Si quieres comprar el libro desde otro enlace porque te molesta mi enlace de afiliación, eres totalmente libre.  Y además yo no me iba a enterar.

El libro te va a costar lo mismo desde cualquier sitio, sólo que con mi enlace Amazon me da una comisión sobre el importe del libro.

Si te ha gustado el artículo no te olvides de compartirlo en tus redes … ganas 1 hora de vida cada vez que compartes 🙂

Luis


 

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