Para Delegar Bien Tienes que Confiar Más

Aumento mi apuesta.  Si queremos delegar tenemos que confiar.

Son términos absolutos.  No existe la delegación a medias o semidelegación.  O la persona es “propietaria” de la tarea o no lo es.  Si el trabajador/colaborador no siente en lo más profundo de su ser que su trabajo le pertenece, no da resultado.

Sin confianza no podemos esperar que las personas se movilicen en busca de valor añadido.  El valor añadido que necesitamos para hacer destacar nuestro negocio por encima del resto de ofertas que hay en el mercado.

Delegar no tiene que ser controlar el trabajo de una persona.  Si hacemos eso no delegamos la tarea, lo que hacemos es tener un auxiliar que realiza tareas que no nos gustan.  Pero tenemos que seguir pendientes de la correcta finalización de las tareas.

Delegar tiene que ser establecer un resultado (algunos (muchos) lo llaman objetivo) y dar responsabilidad, libertad y las herramientas necesarias a la persona para conseguirlo.

Por lo tanto, nuestro trabajo no debe ser controlar el trabajo de otros, si no desarrollarlos y formarlos, hasta que nos quedemos sin aliento, para que puedan lograr ese resultado que les pedimos.

Este artículo pertenece a la serie de los componentes invisibles que producen el éxito de nuestro negocio.

Si acabas de llegar a esta serie de artículos, o si ya los conoces pero quieres recordar la lista de componentes y volver a leer el contenido de los artículos ya publicados, aquí la tienes:

 

Delegar

A mi me gustan mucho los refranes.  Sintetizan una gran cantidad de sabiduría en unas pocas palabras.  Y además, el paso del tiempo demuestra que son ciertos, por eso se mantienen y se convierten en refranes.

Quiero hablar sobre este refrán:

El ojo del amo engorda el caballo.

¿El refrán es cierto?.  Sí.

Y no.

Con el paradigma de negocios actual que proviene de la Revolución Industrial, que considera a las personas como meros ejecutores de tareas, sí es cierto.  Si las personas no tienen un interés real en su trabajo tenderán a reducir el trabajo al mínimo.  Es lógico.

Pero si cambiamos de paradigma y damos a las personas la autoridad para realizar el trabajo según sus criterios, el “amo” podrá desligarse del día a día del negocio y podrá centrarse en desarrollarlo y mejorarlo.

Es decir, tenemos que pasar de controlar a desarrollar.

Si trabajamos con personas a las que tenemos que controlar, vamos a preguntarnos por qué.

¿Es por qué no nos fiamos de esas personas?  Pero…

  • ¿Es que son gente de poco fiar?
  • ¿O es su actitud una respuesta a nuestra actitud?

Si nosotros no nos fiamos de ellos es normal que ellos no se fíen de nosotros.

(Ser el jefe no nos otorga ni aceptación ni confiabilidad.)

Si es culpa de ellos, los tenemos que reemplazar por otras personas cuanto antes.  No podemos tener un Pequeño Negocio Escalable con personas que no son de fiar.

Si es culpa nuestra, tenemos que cambiar cuanto antes.  No podemos tener un Pequeño Negocio Escalable si no confiamos en las personas.

Si tienes que estar siempre controlando, nunca podrás jubilarte.

Para poder hacer una delegación eficaz en las personas, empleados o colaboradores, (y poder aplicar todas las enseñanzas de los expertos en delegación) tenemos que fomentar en ellos:

  • su autocontrol, su autogestión, su autoestablecimiento de objetivos (metas difíciles, claras y coherentes);
  • su propio sistema de recompensas (dentro de los parámetros de nuestro negocio);
  • su propio reglamento de penalizaciones, si no consiguen los resultados propuestos;
  • formación completa para que puedan desarrollarse y puedan alcanzar los objetivos;
  • su propio control de calidad, con los procesos de medición, supervisión y mejora.  No hay nada más satisfactorio que el trabajo bien hecho.

Fomentando los puntos anteriores impulsamos la capacidad de liderazgo en las personas que componen nuestro equipo.

Sino, terminarán teniendo mentalidad de subordinado y no se responsabilizarán de la calidad del producto o servicio.

Como leerás en el artículo de la próxima semana:  el mejor marketing no es publicidad, es un producto bien diseñado y notable.  Y un producto o servicio así lo consigues con las personas que interactúan directamente con él.

 

Confiar

Todos tenemos derecho a que se confíe en nosotros.

¿Cómo podemos transmitir esa confianza?  Por ejemplo, preguntando ¿Y a ti que te parece?

CONFIANZA es la capacidad de hacerse vulnerable, abandonándose deliberadamente en las manos de otra persona.

Por lo tanto, para confiar tienes que aceptar el fracaso.  Esto es básico, elemental.  Cuando confiamos en otra persona nos ponemos en una situación de inferioridad con respecto a él o ella.

Confiar no significa no ser exigente.  Al revés, cuando confías en alguien debe subir tu nivel de exigencia para poder seguir confiando en esa persona.

Friedrich Nietzsche dijo:

Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré confiar en ti.

Confiar significa responsabilidad.  Y esa responsabilidad es obligatoria para respetar a la persona y su dignidad personal.  Por lo que es necesario transferir esa exigencia a la otra persona para que sea exigente consigo mismo.

La confianza consolida la comunicación circular, de la que puedes leer en el artículo de la semana pasada, cuando describo la Cultura C.

Si asumimos que comportamiento genera comportamiento, entonces Confianza genera Confianza.

De lo que se deduce que Confianza = Actitud.

NUESTRA ACTITUD.

 

Un líder debe regalar confianza en el contrato

Cuando contratas a alguien (empleado o colaborador) debes confiar en su buen criterio para hacer las tareas, ¿sino por qué le has contratado?

Los dos mayores estimulantes de motivación de los empleados/colaboradores son:

  1.  que sientan que tienen el control de su trabajo; y
  2. que vean que su trabajo sirve para conseguir el objetivo del negocio.

Existen muchos dueños de negocios piensan que sus nuevos trabajadores/colaboradores se tienen que ganar su confianza.

Así que, además del estrés de empezar en un nuevo trabajo se suma estrés de tener que ganarse la confianza del jefe, lo que hace que el nuevo trabajador/colaborador esté más pendiente de otras cosas que de realizar bien su trabajo.

Si desde el principio le regalas tu confianza, este nuevo trabajador se adaptará más rápidamente a tu negocio y será más productivo en menos tiempo.

(Y te recuerdo que igualmente se va a ir de tu negocio si quiere hacerlo.  Son las personas no productivas las que se quieran quedar en tu negocio, y eso es malo para ti.)

¿Qué actitud tienes frente a los demás?  ¿Confías en ellos de primeras?  ¿Los demás podemos confiar en ti?

 

Un saludo,

Luis


 

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No enseño a nadie por si luego se va… (pues así no llegarás muy lejos)

¿Lo dices en serio?

¿DE VERDAD QUE LO ESTÁS DICIENDO EN SERIO?

¿Prefieres pasar tu vida trabajando en tu negocio de sol a sol, e incluso más, a tener una persona que te ayude a alcanzar la rentabilidad?

Es la rentabilidad de tu negocio lo que te permitirá alcanzar los sueños que tenías cuando lo creaste.

Esta manera de pensar, junto con el síndrome del Día a Día Me Come del que te hable la semana pasada, son dos de los mayores lastres para la rentabilidad de tu negocio.

Espero que con este artículo pueda hacerte cambiar de opinión.

 

Libera tu tiempo

Con una persona formada, que sepa realizar todas las tareas de tu pequeño negocio, lo primero que vas a conseguir es tiempo.

Tiempo para ti, para que lo utilices en lo que quieras.

Para uso profesional y/o personal.

Para uso personal no voy a ser yo quien te diga cómo utilizarlo.

Pero para uso profesional puedes usarlo para trabajar en tu modelo de negocio y en seguir desarrollándolo para sacarlo adelante, hacerlo crecer o lo que sea que quieras hacer con él.

Ese curso para adquirir una nueva capacitación. Desarrollar esa nueva habilidad. Realizar una colaboración estratégica que antes no podías atender.

¿Qué es lo quieres hacer pero que no tienes tiempo para hacerlo?

Teniendo más tiempo vas a poder establecer ese hábito del que te hablaba la semana pasada que es trabajar durante 2 horas cada día en el desarrollo de tu negocio.

Con una o más personas que sepan realizar las tareas de tu negocio podrás irte de vacaciones tranquilamente. Podrás ponerte enfermo. Y aún así tu negocio seguirá funcionando.

Mientras estas personas están contigo aprovecha para sacarles el máximo jugo. Que se sientan motivados para rendir al máximo e implicarse con tu negocio como si fuese el suyo propio.

Si sienten tu negocio como suyo propio (y el retorno económico que tienen está acorde con el trabajo desarrollado y con la rentabilidad del negocio), las posibilidades de que se vayan se reducen.

Porque todos sabemos que crear un negocio tiene mucha incertidumbre.   Ellos también lo saben. Y trabajar por cuenta ajena siempre te da una “seguridad” que no tienes con tu propio negocio.

Yo no soy experto en liderazgo, pero dar a las personas capacidad de decisión y que puedan conseguir resultados valorando su trabajo son dos de las mayores fuentes de motivación laboral.

 

Se un buen líder.

Si crees que no lo eres busca ayuda con alguno de los muchos profesionales que hay actualmente para aprender a desarrollar esta habilidad.

No estoy diciendo que tengas a una (o varias) personas haciendo las tareas que no quieres o no puedes hacer. Esto también.

Estoy diciendo que tengas, al menos, un clon tuyo que sepa hacer todas las tareas que tú haces e incluso tenga capacidad de decisión como si fueses tú mismo.

Obviamente tiene que ser una persona en la que confíes plenamente, tanto en su capacidad de trabajo como en su capacidad de decisión.

Establece tus estándares de trabajo y de calidad y no aceptes menos.

Tiene que ser una persona que piense como tú. Que entienda el negocio y los negocios como tú. De nada te sirve confiar en una persona que no va a hacer las cosas como tú las harías.

Por lo que una de tus labores es moldear a la/s personas que elijas para ser tus clones.

Tienes que abrirte a ellos y contarles todos tus secretos profesionales y dejarles conocer cómo eres como persona.

Si no saben cómo eres como persona no podrán saber qué decisión tomarías tú en cada situación.

Porque las decisiones las tomamos con el corazón, con las emociones.

Y las emociones son algo muy personal.

Y para poder hacer esto tienes que CONFIAR.

Si no confías en las personas nunca podrás delegar tus funciones y seguirás haciendo tú todas las tareas, lo que te impedirá tener un negocio rentable que te permita alcanzar los sueños que tenías al crear tu negocio.

¿Tú crees que si Martín Berasategui no hiciese esto tendría 7 estrellas Michelín en 3 de sus 10 restaurantes?

¿Crees siquiera que hubiese podido abrir más de un restaurante?

Martín Berasategui enseña a sus trabajadores todo lo que sabe.  Es la única manera de poder estar seguro de que harán las cosas como él quiere que se hagan.

Está claro que siempre cabe la posibilidad de que gente a la que has formado y sepa hacer las cosas tan bien como tú, o incluso mejor que tú, decida ponerse por su cuenta y crear su propio negocio.

(Pero es que si no lo formas puede ocurrir algo peor y es que se queda siempre en tu negocio. Una persona que cada día que pasa será menos productiva porque sus conocimientos se van quedando más anticuados.)

Un negocio que puede ser de lo mismo que el tuyo o no. Puede ser tu competencia. Pero… ¿y si en vez de competencia buscas la COOPETENCIA?

COOPETENCIA es llegar a acuerdos de colaboración que os favorezcan a los dos. Aquí puedes aplicar las ideas sobre productividad externa que te di en este otro artículo.

Si te ha gustado el artículo no te olvides de compartirlo en tus redes … ganas 1 hora de vida cada vez que compartes 🙂

Luis


 

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